Denuncia y le dan 100 latigazos y cárcel

BAJO SOSPECHA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Paola Schietekat es una mexicana que fue violada sexualmente en Qatar y por denunciar a su agresor ahora es condenada a 100 latigazos y siete años de prisión.

Lucha contra la impunidad

Paola Schietekat presentó a mediados de febrero la denuncia por agresión sexual durante su estadía en Qatar; el consultor jurídico de la SRE se encargará de su proceso.
Paola Schietekat presentó a mediados de febrero la denuncia por agresión sexual durante su estadía en Qatar; el consultor jurídico de la SRE se encargará de su proceso.Foto: @paola7kat

Las autoridades de ese país ven como una afrenta que una mujer se atreva a denunciar a su agresor sexual. Parece una pesadilla, pero es una realidad la que vive Paola.

Su trágica historia comenzó la noche del 6 de junio de 2021, cuando estaba en su departamento de Doha, en Qatar. La maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford asegura que un hombre, a quien consideraba su amigo, ingresó a su residencia aprovechándose del conocimiento de que no le ponía más seguridad a su puerta, ya que, en ese país, considerado de los más seguros del mundo, la mayoría de la gente confía en la seguridad del edificio.

Cuenta que su agresor, de origen colombiano, entró cuando ella dormía, durante la agresión hubo forcejeo, pero en un momento ambos cayeron al piso y ella aprovechó para escapar. Horas después le aparecieron moretones en el brazo izquierdo, el hombro y la espalda.

Ella se encontraba en ese país de Medio Oriente trabajando para el “Supreme Committee for Delivery and Legacy”, es decir el comité organizador del mundial de futbol que inicia el próximo 21 de noviembre.

Sola y consternada por el violento momento, decidió alejarse y esconderse de su agresor lo más pronto posible y pasó la noche en un hotel, fue ahí que se convenció de presentar una denuncia.

Al día siguiente acudió al departamento de policía con un certificado médico que había conseguido y con lo que pensó sería su mayor respaldo: la asesoría del cónsul. Ahí inició la segunda tragedia de su historia.

Con la insensibilidad que caracteriza a la burocracia judicial de todo el mundo y peor aún en un idioma que en su mayoría desconoce, le preguntaron en árabe que si quería una orden de alejamiento, no hacer nada o ir hasta las últimas instancias, cuenta que cansada, con miedo y consternada, consultó con el cónsul y éste le respondió: “hasta las últimas instancias”. Entonces dio toda la información que le pidieron, incluidos los datos de su agresor y firmó la declaración hecha en árabe.

En la noche recibió una llamada de la policía para que regresara a sus oficinas para continuar el proceso, dice que le extrañó esa parte de la investigación y preguntó que si era necesario ir, siendo que un día antes había sido agredida, le respondieron que si no acudía, su denuncia sería desechada.

Ya en el departamento de policía la encararon con su agresor, quien se defendió de las acusaciones diciendo que eran novios. La interrogaron por más de tres horas, le exigieron su celular porque según los policías querían comprobar que en realidad no existiera una relación amorosa, denuncia que hasta le exigieron una prueba de virginidad.

Entonces Paola fuera sentenciada a los siete años de cárcel y los latigazos o aceptar casarse con su agresor para que retiraran la condena, debido a que ésa es la sanción en Qatar para las mujeres que mantiene relaciones fuera del matrimonio.

Paola contó que por unos momentos pensó en aceptar casarse con su agresor, impulsada por el miedo, coraje, frustración y las acusaciones en su contra, en un caso en el que pasó de víctima a perseguida. Recuerda que su abogada y la de su agresor le dijeron que ésa era la solución a su problema.

El 26 de junio Paola pudo regresar a México gracias al apoyo del área del gobierno donde trabajaba, y aunque el proceso continúa y hubo una segunda audiencia el pasado 14 de febrero, ésta se canceló porque su agresor abandonó Qatar y ningún representante de la embajada mexicana se presentó; la siguiente audiencia se realizará en marzo.

A pesar del informe médico y las imágenes de las cámaras de seguridad de su edificio, su agresor fue absuelto por que las cámaras no apuntan directamente a la puerta de su departamento. Los cargos contra ella siguen vigentes, lo que le impide volver a Qatar y recuperar la vida que había hecho desde los 19 años en el país que albergará en unos meses el mundial de futbol.

Finalmente Paola ya está en México, ahora tiene el respaldo de la Cancillería. El pasado viernes 18 de febrero, y luego de que su historia fuera retomada por varios medios, el canciller Marcelo Ebrard se reunió con la joven, a quien le aseguró que el consultor jurídico de la SRE, el mejor abogado de la dependencia, se haría cargo de defenderla y de que sean respetados todos sus derechos como mexicana. Además, el canciller le reconoció “su valentía y resolución”.

La historia de Paola es horrible, pero es lo que enfrentan miles de mujeres no sólo en países como Qatar, sino en otras partes del mundo. Ella estaba trabajando en un organismo internacional para el próximo mundial de futbol. Pasó de ser víctima a acusada. Afortunadamente ya está en México, aunque su proceso legal continúa abierto en Quatar y no podrá regresar a su trabajo y a su vida cotidiana.

Es una violación a los derechos humanos de cualquier mujer que además de haber sido acosada o violada, si ésta se casa con el agresor se le perdona al violador.

Pero no es un tema sólo de Quatar, en más de 20 países, incluidos los de Medio Oriente y África, tienen leyes que perdonan a un violador si éste se casa con su víctima, como en Irak, Bahrein, Libia, Kuwait, Angola, Argelia, Camerún, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Siria y Tayikistán, así como en Rusia y Venezuela.

Condenan a las mujeres a violaciones y agresiones de por vida. Estas “supuestas” leyes, lo único que defienden son el honor de la familia y no a la víctima.

No hace mucho este tipo de leyes existían en Europa. Italia fue el primero en eliminarlas en 1981 y Francia en 1994. En América esta protección legal a los violadores se eliminó en 2006 en Uruguay, 2007 en Costa Rica y 2013 en Bolivia.

En México los acosadores y violadores también se sienten impunes. Por miedo a denunciar el 98.6 por ciento de los casos no son denunciados, y los que denuncian muy pocos reciben sentencia.

Afortunadamente aquí las mujeres que denuncian no son sometidas a latigazos, ni cárcel, pero hay mucho que trabajar en los derechos humanos de las mujeres.

La historia de Paola es una tragedia, afortunadamente ya está de vuelta en nuestro país y el canciller Marcelo Ebrard ha dicho que tendrá una muy buena defensa y será protegida en México.