Mujeres: nuestra batalla cotidiana

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana BelsassoLa Razón de México
Por:

Hoy es 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer; millones de mujeres se unen en una sola voz en todo el mundo para exigir sus derechos: un futuro igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas.

Adelantan Protestas

Como parte de a conmemoración del 8M, ayer, diversos colectivos adelantaron manifestaciones en ciudades como Puebla (foto), Mérida, Monterrey y Toluca.
Como parte de a conmemoración del 8M, ayer, diversos colectivos adelantaron manifestaciones en ciudades como Puebla (foto), Mérida, Monterrey y Toluca.FOTO: MIREYA NOVO / CUARTOSCURO.COM

Algunas saldrán a las calles para que se escuche su voz, otras se manifestaron en redes sociales, y unas más, asistieron a sus centros de trabajo como todos los días; cualquier frente de batalla y trinchera es oportuna para hacernos notar.

Si los años anteriores habían sido difíciles para las mujeres, este de pandemia exacerbó la violencia, los feminicidios, las violaciones, el desempleo y oportunidades laborales.

De acuerdo con la ONU Mujeres, este año, el tema del Día Internacional de las Mujeres es: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”. Es por eso que celebra los enormes esfuerzos realizados por mujeres y niñas de todo el mundo a la hora de definir un futuro más igualitario y la recuperación ante la pandemia de Covid-19, además de resaltar las deficiencias que persisten.

Lo cierto es que, hasta la fecha, los derechos de las mujeres siguen más en los buenos deseos que en acciones concretas que se traduzcan en cambios reales. En el llamado pacto patriarcal, se siguen apoyando a violentadores de mujeres, y además, se sigue sin tener suficiente representación en la vida pública y la toma de decisiones, tal y como refleja el reciente informe del Secretario General de las Naciones Unidas.

Las mujeres son jefas de Estado o de gobierno en 22 países, y únicamente el 24.9 por ciento de los parlamentarios nacionales son mujeres. Para que se dé una idea del atraso en el que vivimos, en el ritmo actual de progreso, la igualdad de género entre jefas y jefes de gobierno tardará al menos 130 años, es decir, ni usted ni yo los veremos, y probablemente ni nuestros hijos e hijas.

En la vida empresarial es la misma historia. Son muy pocas las mujeres que dirigen las empresas más importantes del mundo. En los consejos de administración casi siempre son hombres. Y sucede lo mismo desde en bancos, hasta en medios de comunicación.

Hoy las mujeres alzamos la voz, no de una manera violenta, sino con la fuerza de trabajo y preparación, demostrando que podemos tener espacios ganados por nuestras capacidades.

La brecha salarial entre hombres y mujeres todavía es enorme, por el mismo trabajo. Pero además, hoy en México, 2 de cada 7 hogares es dirigido por una mujer sola. Según cifras oficiales, casi el 30 por ciento de las familias son mantenidas por mujeres. La cifra real puede llegar a ser mucho más alta.

Madres solteras, mujeres que han tenido que escapar de la violencia intrafamiliar, o que simplemente han decidido estar solas. Trabajan igual, tienen las mismas responsabilidades laborales, pero además, tienen a su cargo el cuidado de los niños. Es muy injusto que, además, ganen mucho menos.

Hoy, hay muchas mujeres que se encuentran al frente de la batalla contra la Covid-19, como trabajadoras del sector de la salud y en primera línea, y como científicas, médicas y cuidadoras. La Secretaría Ejecutiva de la Cepal detalla con datos duros que son muchas las mujeres las que están en la primera línea de respuesta frente a la pandemia, ya que representan el 73 por ciento del total de las personas empleadas en el sector salud; sin embargo, ganan 24 por ciento menos globalmente en comparación con sus homólogos masculinos.

Pero también las mujeres son las más afectadas frente al Covid-19, y las más vulnerables a perder su empleo, porque son las que trabajan en los sectores más golpeados por la economía.

Martha Delgado, subsecretaria de la Secretaría de Relaciones Exteriores, confirma que la pandemia exacerbó la vulnerabilidad de las mujeres alrededor del mundo, además de afectar “los escasos avances” que se han logrado en los últimos 25 años.

Pero lo ganado no lo podemos perder. Como dice la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel Mossa: “hoy —más que nunca— las mujeres del mundo continuamos con esta batalla por derribar las barreras de la discriminación y para hacer frente a los embates que nos salen al paso, con elevado espíritu y fortaleza. Estamos convencidas de lo justo y correcto de nuestra causa, y sus detractores habrán de estar conscientes que no cesaremos en nuestro afán por alcanzar lo que por derecho nos corresponde: un mundo que reconozca nuestra dignidad como personas y la igualdad de oportunidades”.

Las mujeres no queremos que se nos regale nada, sólo exigimos una vida sin violencia y con las mismas oportunidades. Y no sólo es por el Día Internacional de la Mujer, todos los días tenemos que luchar por la igualdad, por el respeto y por una vida sin violencia.  Es un camino que ha costado mucho trabajo, y todavía nos falta mucho por recorrer. Un camino que tenemos que andar para que nuestras hijas tengan una mejor vida, un camino en donde los hombres tienen que entender que no es una lucha contra ellos, sino la construcción de un futuro juntos.