Carlos Urdiales

Adiós 2020, hola 2021

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
Carlos Urdiales
Por:

¡Viva 2021! ¡Vivan las elecciones! ¡Viva el debate entre el Ateneo neoliberal y Palacio Nacional! México no sale de la pandemia, pero ya entró al proceso electoral del próximo año. Contagios y muertos se relegan entre caravanas, claxonazos y desplegados.

El Olimpo de la comentocracia mexicana convocó a frenar a una 4T desbordada, fuera de cauce y de cabales que amenaza con destruir lo que la democracia construyó…

Destacados académicos, periodistas y escritores de diversas filiaciones ideológicas y políticas, decidieron emprender la defensa de la democracia frente a lo que llamaron deriva autoritaria que atenta contra los contrapesos institucionales y la separación de poderes; afirmaron que AMLO encabeza ese peligro. Por eso convocaron a una alianza rumbo a 2021 para que las urnas sean dique de contención ante los arrebatos transformadores.

Y como el Presidente López Obrador ama el debate y la confrontación, más si es electoral, pues para luego es tarde, bendijo la discrepancia y comenzó a repartir adjetivos y señalamientos a sus respetados malquerientes. Que si callaron cuando hubo fraudes electorales, que si fueron cómplices beneficiarios del neoliberalismo rapaz, que son unos nostálgicos de la podredumbre desterrada del poder.

Mientras la humanidad ensaya y prueba vacunas contra la peste pandémica del Covid-19, en México padeceremos a partir de ya, campañas electorales, propagandísticas y virales que, gracias al potente ventilador que es la voz del Presidente más atacado de la historia, según sus propias palabras, volarán por todo lo alto para que nadie, ninguno, quedemos sin ser salpicados, batidos y revueltos.

La telenovela llamada Lozoya. El Presidente López Obrador presagia que el proceso que lleva la Fiscalía General de la República en contra de Emilio Lozoya Austin, purificará la vida política del país. Resulta que Emilio Lozoya, quien apenas al poner pie en suelo mexicano provocó un singular enredo oficial; nueva pifia de desinformación y descoordinación entre autoridades y voceros ya que al aterrizar flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones, lo llevaron al Reclusorio Norte para luego despacharlo a un hospital de alta especialidad política; sin embargo, ahora sabemos que la caravana de sirenas fue un distractor porque se lo llevaron planchadito y sin escalas a un sitio menos ruin que la vulgar cárcel.

En el inter, el Presidente lució mal informado y el secretario Alfonso Durazo desinformado. Evocación involuntaria al culiacanazo que Durazo narró como un encuentro fortuito y no un operativo planeado y malogrado.

Emilio Lozoya, el nuevo maestro limpio nacional, llegó justo a tiempo; será el protagonista estelar, hilo conductor de episodios que harán olvidar aquéllos de Ponce, Bejarano y compañía. Temporada de estrenos que promete desprestigiar a los fifís, a aquellos infieles opositores que no se convirtieron al morenismo a tiempo y que mañana podrían verse envueltos en las llamas del infierno cuatro-teísta que purifica o convierte en cenizas a sus detractores.

El espectáculo nacional está puesto, Lozoya, bien sanitizado en una clínica desde donde, según pactó con la Fiscalía y el Presidente de alguna manera lo supo, administrará dosis de alaridos para librar las rejas a cambio de empinar a sus antiguos camaradas. Si Lozoya no se ha convertido, como tantos otros al santo morenismo, al menos será transformado en un trapeador de lujo para limpiar mugre, conseguir votos, distraer angustias y disfrutar la función. Todo con sana distancia de la prisión.

Grupo Salinas. Suma otro reconocimiento que avala su compromiso con México. Diez empresas del corporativo liderado por Ricardo Salinas Pliego obtuvieron el distintivo de Empresa Socialmente Responsable y la insignia de inclusión social.

Con ello se confirma que TV Azteca, Elektra, Banco Azteca, Italika, Totalplay, UPAX, Tiendas Neto, Totalsec, Promo Espacio y Grupo Dragón, son empresas comprometidas con el desarrollo en las comunidades y países donde tienen presencia.

El distintivo ESR es un reconocimiento que otorgan anualmente el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) y la Alianza por la Responsabilidad Social Empresarial (AliaRSE), que hacen un riguroso diagnóstico de los estándares que rigen la responsabilidad social empresarial.

El reconocimiento de inclusión social únicamente lo obtienen las empresas que demuestran su alineación y aportación a los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, con acciones de inclusión social.