Carlos Urdiales

Las brújulas

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Urdiales
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Se acabaron las simulaciones. Fuera máscaras. Todos los partidos políticos fingieron. El INE se puso gafas oscuras a la hora de cuidar que los procesos internos no fueran electorales. Lo fueron.

Los electores fuimos testigos de unas inéditas elecciones primarias donde Morena, aliados y el frente opositor, sí eligieron a sus candidatas presidenciales. ¿Y luego?

Claudia Sheinbaum tiene estructura y una ruta establecida de acciones concretas. Con bastón en mano, la exjefa de gobierno comienza a repartir responsabilidades que, en su momento, significarán cargos y poder político y económico. Alianzas con cargo al futuro.

A los amigos y aliados, atender retos para consolidar el proyecto, cuidar la retaguardia en contra de traiciones y complots. A los adversarios y malquerientes más. Los tiene que mantener cerca y ocupados con promesas sobre abundancias por venir.

El Presidente López Obrador trazó con brocha cuáles y cómo se repartirían los premios de consolación entre los hermanos de movimiento que no fueran Claudia. Porque era Claudia. Pero una cosa es lo que el líder sugiera y otra lo que la jefa ordene.

Posiciones en el gabinete. Liderazgos en el Congreso. ¿Y el partido, las muchas otras candidaturas, alcaldías, coordinaciones, embajadas, paraestatales, institutos y organismos descentralizados? La jefatura de la campaña, las giras y sus mesas, la construcción del plan 2024-2030.

Ahora Claudia Sheinbaum sabe qué hacer cada semana. Va por comités estatales, regionales para construir políticas públicas cuyas líneas apenas se distinguirán de las actuales. Sea como sea, su brújula apunta a un rumbo cierto. Guste o no a algunos, o a muchos.

En contraste, la aguja de Xóchitl Gálvez no atina dirección. A la candidata ciudadana exprés catapultada desde Palacio Nacional, el futuro la alcanzó. Hoy el folclor no es suficiente. Necesita una estructura que va a tener que provenir de los partidos que la postulan. Y de ellos no sabrá que esperar.

Se rigen por cuotas, cuates y compromisos incómodos (también Morena). Para ilustrar, el PAN le nombró coordinador de seguridad para la plataforma, al exgobernador de Tamaulipas. ¿Qué viene? Titular de control financiero ¿Javier Duarte?

Ahora el frente PAN-PRI-PRD debería echar mano de los mejores cuadros que se puedan alinear al liderazgo de Xóchitl y todo a base de esperanza, de nada más. Dentro de poco tendrá que hacer campaña, delinear un perfil ideológico, comprometerse con postulados que no admiten ambigüedades.

Ser el rostro de los agraviados por la 4T no le va a alcanzar para articular una ruta de País a través de planteamientos y enunciados categóricos.

Los yerros más grandes de la administración que entra en su ocaso también serán atendidos por Claudia Sheinbaum en aras de la consolidación, que implica que hay algo que corregir. Así que esa base no es tan potente.

¿Cómo y con quiénes, sus aliados además del pueblo, dónde están y de dónde vendrán? Dos brújulas diferentes en competencia.