Carlos Urdiales

Caminito de la escuela…

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
Carlos Urdiales
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El debate se socializa. ¿Deben los niños y jóvenes volver a los salones de clases? La pandemia los expulsó de las aulas dos semanas antes de las vacaciones de Semana Santa. Y no volvieron. El ciclo se acabó a distancia y a distancia están por terminar un tercio de su nuevo año lectivo. 

La Secretaría de Educación Pública encabeza inédito esfuerzo para intentar aprender en casa. Sin embargo, nada ha sido fácil, ni la participación de canales de televisión, estaciones de radio y plataformas de Internet; se hace lo que se puede y los pobres resultados saldrán a la luz dentro de algunos años.

Para maestros de todos niveles, formar a distancia ha sido un calvario, cargas de trabajo por triplicado, malabares domésticos para atender a críos propios y ajenos. Para los educandos, frustración infinita; sin contacto ni recreo, sin aprendizaje de vida debido. Sólo una pálida instrucción académica.

La escuela es un segundo hogar, fundamental para que las y los alumnos tengan vida social con educación integral. Falso es el dilema de sobreponer los derechos a la salud por sobre otros que también, implican salud. El confinamiento escolar agota y se agota.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) defendió hace dos días la necesidad de mantener escuelas abiertas durante la pandemia de Covid-19 ya que no es medida efectiva contra el virus. La OMS considera, a estas alturas, que los confinamientos son una pérdida de recursos humanos.

“Debemos asegurar la enseñanza para nuestros hijos”, afirmó el director para Europa de la OMS, Hans Kluge, al resaltar que niños y adolescentes no son vectores principales del contagio y señaló que los confinamientos provocan muchos efectos secundarios, daños a la salud mental y aumento de la violencia de género, por lo que sólo se debe recurrir a ellos como “último recurso”. El representante de la OMS asegura que, si el 90 por ciento de la población utiliza cubrebocas, las vedas escolares ya no serían necesarias.

En México, la violencia contra menores se ha disparado en el confinamiento, la de género también. Abusos y agresiones se potencializan en escenarios de precariedad material y emocional.

Con cien mil muertos a cuestas, el doctor López-Gatell impartió su enésima cátedra periodística y pidió que los medios en vez de poner en sus titulares la cifra fúnebre, promuevan el uso del cubrebocas. Sí, López-Gatell pide ahora impulsar el uso de lo que ha combatido sin rubor con maromas cantinflescas desde hace miles de vidas apagadas por el Covid-19.

Poblar de nuevo las escuelas debe ser una opción viable a partir de medidas sanitarias como las que intenta el gobierno de la CDMX, rastreos vía código QR y teléfonos móviles, de posibles brotes de contagios. Maestros, padres y alumnos quieren ser corresponsables para cuidar a su comunidad escolar, a sus familias y por supuesto a la población en general.

La reconstrucción emocional de una sociedad arrasada por muerte y miedo, comenzará por las escuelas. El rector de la UNAM, Enrique Graue, explicó que las puertas de la máxima casa de estudios abrirán para prácticas en laboratorios, así como para alumnos de primer ingreso, quienes penosamente están ante una universidad que no es la que imaginaron.

Graue recalcó que ha pedido a directores de escuelas y facultades a través de sus consejos técnicos, implementar medidas necesarias para ser empáticos con diversas situaciones que enfrenta actualmente la comunidad universitaria.

No todos podrán volver al mismo tiempo, habrán de esperar la autorización del gobierno de Claudia Sheinbaum, pero con sistemas híbridos —a distancia y presencial— otras universidades ya se alistan para lo urgente; recuperar su razón de ser y de manera integral.

No nos hagamos bolas, las vacunas contra el Covid-19 no estarán hasta el segundo semestre de 2021. ¿Renunciaremos a las escuelas otro año y medio más?

Por más campaña y propaganda que nos venden avances de ensayos en todos los laboratorios y países; por más y mejores intenciones de todos para democratizar el acceso universal al inoculante, nueve de cada diez mexicanos podremos vacunarnos hasta dentro de un año.

El caminito de la escuela, asumiendo y domando una nueva normalidad, es imperativo.