Carlos Urdiales

Debatir o no debatir, he ahí el dilema (y la diferencia)

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
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Las leyes electorales han impuesto que, para los principales cargos de elección popular, candidatas y candidatos debatan ante el mayor número posible de ciudadanos, en lo cual medios de comunicación son actores relevantes para el afán democrático de dar a la ciudadanía, más información sobre sus potenciales gobernantes.

 Guerrero y Michoacán son dos casos emblemáticos por circunstancias impuestas cuando a sus candidatos con mejor proyección para ganar el 6 de junio, les cancelaron sus postulaciones. Que Félix Salgado y Raúl Morón militen en Morena es irrelevante para efectos.

Lo trascendente es que Evelyn Salgado Pineda y Alfredo Ramírez Bedolla, emergen como candidatos aún punteros de Morena en encuestas; Evelyn más, Bedolla menos, a prácticamente un mes del gran día, el de la cita ante las urnas. Marcha forzada para la y el candidato que reemplazaron a figuras consolidadas a nivel local.

Y toca debatir. Evelyn Salgado Pineda avisó que no asistirá al debate organizado por el órgano electoral de Guerrero. Ella decidió mantener su breve campaña deseando éxito a sus oponentes. En la escuela primaria electoral enseñan; quien encabeza encuestas sólo puede, en el ejercicio, perder. Así que si uno marcha arriba y puede obviar el encuentro, debe hacerlo. Y así lo hará la Torita.

El miércoles pasado en Michoacán, las y los ocho aspirantes a la gubernatura debatieron. Alfredo Ramírez Bedolla acudió. A diferencia de Evelyn, al candidato de Morena lo apremia el crecimiento de Carlos Herrera Tello, abanderado por la alianza PRD-PAN-PRI para suceder a Silvano Aureoles.

Al expresidente municipal de Zitácuaro y secretario General de Gobierno, lo potencia una colorida campaña de mucho contacto social. La emergencia de Morena en su tierra expuso fracturas y antagonismo de los grupos inconformes con la conducción nacional del partido guinda.

Los esfuerzos a nivel local del excandidato Morón, no compensan la falta de certeza de importantes sectores en que el partido cumplirá sus expectativas. Y voltean a ver a quien consideran podrá ser un gobernante más sólido y mejor respaldado por la estructura política que lo cobija.

Por eso en el debate de Michoacán el aparente líder de las mediciones debatió, su ausencia no le estaba permitida, debió arriesgar. Para quien viene de atrás en las proyecciones, el ejercicio resultó positivo, el posicionamiento y la tendencia ganadora quedaron marcados por las formas y desenvolvimiento de los únicos dos contrincantes que pesan.

Ojo, el senador con licencia Cristóbal Arias, relevante damnificado político del liderazgo de Mario Delgado, puede desde su postulación estatal testimonial, ser factor si conforme se acerca el domingo 6 de junio, logra que Carlos Herrera Tello haga parcialmente suyas propuestas puntuales.

Debatir o no debatir, he ahí el dilema. Hasta el día de la elección todos los operadores territoriales trabajarán con precisión quirúrgica. Abandonarán plazas perdidas para concentrarse en aquellos distritos, municipios, gremios y liderazgos capaces de inclinar la balanza. Los punteros evitarán exposiciones innecesarias y los perseguidores las buscarán con ahínco.

Con la intervención de la Fiscalía Electoral haciendo públicas investigaciones a Samuel García y a Adrián de la Garza, el juego en Nuevo León se revuelve. La machaca no se hace. Pesquisas judiciales en cada uno de los expedientes, tomarán tiempo; el golpe mediático no fue suficiente para revivir plenamente a Clara Luz Flores postulada por Morena, sólo agrega incógnitas por despejar.

¿Y si el PRI decide reemplazar a Adrián de la Garza por Ildefonso Guajardo? ¿Y si las menciones de la esposa de Samuel García, Mariana Rodríguez, se contabilizan al valor comercial que la influencer cobra? ¿Habrá en Nuevo León nuevos concursantes de última hora como en Guerrero y Michoacán? En Monterrey sí.

Si la judicialización de las campañas queda en espuma electorera, la eficacia e imparcialidad de la FGR va a necesitar arreglo y limpieza. Al Presidente López Obrador subir la apuesta con protagonismo y confrontación puede implicarle acotar sus márgenes de operación.

Hay mucho en juego, más de lo que vemos a simple vista. No sólo es mayoría legislativa o territorios gobernados. Hay corredores nacionales en construcción de cara al 2024 que unos quieren blindar y otros dinamitar.