El dedazo de AMLO

Protestas en Chihuahua, bloqueos en Michoacán, toma de la CNDH, seis años de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, prologados por quemas en el Congreso y en el Palacio de Justicia de Guerrero, plantón de FRENA llega al Zócalo, renuncia que quiebra la fe en el instituto Chucho el roto y en Morena, guerra civil, con las ambiciones desatadas en pos del lejanísimo 2024, con escala en 2021.

De corruptos se acusa a Yeidckol Polevnsky a Gibrán Ramírez y a Mario Delgado, no hay sentencia judicial ni pruebas contra ninguno, pero igual reparten sospechas que impactan el discurso vertebral del Presidente López Obrador, la honestidad como prenda de la 4T.

Pasa lo mismo con la renuncia-denuncia de Jaime Cárdenas al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, que, resulta, roba lo decomisado. Además de subastas amañadas, joyas rasuradas y avalúos a modo, la limpia se hace sin aseo jurídico. Cárdenas denunció exabruptos administrativos impuestos por las prisas de trasformar. Y el cariño de Palacio para el que disiente: “tuvo miedo, no quiso entrarle…”.

AMLO deja correr sangre morena con sana distancia y esconde su carta, preferencia o tendencia. La guerra intestina afecta equilibrios al interior del partidazo en el poder, pero no se hagan bolas; todo este jaleo no va a inhibir al dedito presidencial. Quien al fin gane la dirigencia, no tendrá amarrada la nominación. El dedazo y el destape vuelven a ser prerrogativa de ya saben quién.

Las impugnaciones de morenistas ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) han obligado a modificar el calendario original que el INE diseñó, junto con las tres casas encuestadoras, para el sondeo de reconocimiento que permita limpiar las listas de aspirantes a la presidencia y a la secretaría general y que se reduzcan a seis para cada cargo. Cinco días, por lo pronto, se postergan ambas.

La encuesta final, si es que se realiza, ocurrirá entre el 2 y 8 de octubre. ¿Qué pasa si hay otra impugnación? Alfonso Ramírez Cuéllar quedará al frente del fracturado partido hasta que el proceso electoral 2021 concluya. Y los dichos de Porfirio Muñoz Ledo en contra de Marcelo Ebrard y la respuesta del canciller, los señalamientos hacia Gibrán Ramírez Reyes y la ilusión de Mario Delgado por ganar un liderazgo, se convertirán en nuevas anécdotas del vigor democrático de Morena como antes lo fueron del PRD y antes del PCM, del PSUM. La adicción a los liderazgos morales, no formales, pasa factura.

Por cierto. Claudia Sheinbaum, de acuerdo con la más reciente medición de Enkoll, llegó a su segundo informe de gobierno gozando de la más alta valoración popular entre personajes como Andrés Manuel López Obrador o Hugo López-Gatell. Con 68 por ciento de opiniones favorables entre los encuestados por la empresa que dirige Heidi Osuna, la gestión de la Jefa de Gobierno destaca por su aprobación mientras 62 por ciento considera adecuado su manejo durante la pandemia.