Carlos Urdiales

Infoentretenimiento democrático

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
Carlos Urdiales
Por:

Con las campañas electorales en marcha, contemplamos el resultado de lustros de histrionismo político; de ánimos democráticos de temporada que heredan normas abigarradas, complejas y llenas de contradicciones. Cuando el PRI era lo que hoy es Morena, la oposición de entonces, hoy en el poder, conquistó espacios y reglas para acotar a la dictablanda priista.

Así se construyó un órgano electoral autónomo, mismo que ahora el Gobierno federal ataca. También asesores, hoy encumbrados, diseñaron procesos caros pero necesarios para confiar en los resultados de las elecciones.

Credencial para votar con fotografía y listado nominal de electores con tantas copias como representantes de cuantos partidos políticos existan en cada casilla. Y tinta indeleble, y mucha seguridad para evitar falsificación de credenciales del INE, tanta hasta convertirla en la identificación oficial por excelencia.

Y el INE creció para organizar todo; mamparas, urnas transparentes, crayolas oficiales, redes de información rápida para proyectar resultados preliminares y programas de conteo rápido para ahuyentar fantasmas de sistemas caídos. Nos dimos boletas impresas en papel de alta seguridad. Y mirones por todos lados.

Y se prohibió propaganda en alrededores de centros electorales. Y veda para que gobernantes (los de antes claro está) no presumieran bondades del erario en su administración y por añadidura, partido político, durante las campañas. Se terminó con la compra de espacios para la promoción electoral en medios. Y todo se hizo más costoso. Y al INE le encargamos mucho y más.

Consultas, referendos y remedos internos de partidos que históricamente, genéticamente, no son capaces de hacer adentro lo que pregonan afuera. Y así el fraude electoral existió sólo hasta que Morena ganó. Acabada la trampa ahora el árbitro sobra gracias a una nueva y santa ética autoconferida, más la austeridad republicana que define como caro lo valioso, se prefiere lo barato aunque sea ineficiente, aunque provoque desabastos.

El infoentretenimiento electoral es lo de hoy. Si en 2012 Enrique Peña Nieto y el PRI sumaron a la actriz Angélica Rivera como activo de campaña presidencial, hoy Samuel García, candidato de Movimiento Ciudadano al gobierno de Nuevo León, capitaliza la fama y ascendencia de su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, para ganar presencia e impacto en las redes y en las preferencias.

Al senador con licencia, —joven adinerado que sufrió los embates de la riqueza desde temprano, haciendo las veces de caddy (asistente) cuando su padre madrugaba en los capos de golf de Monterrey—, le vino como anillo al dedo el pleito entre Adrián de la Garza (PRI) y Clara Luz Flores (ex PRI, ahora Morena) para escalar encuestas rumbo al 6 de junio.

Su buena suerte y la popularidad de su esposa, que siempre lo acompaña, presagian una nueva clase de poder real nacida desde lo virtual. Aptitud y vocación presumidas lejos de propuestas o trayectoria que descansan y apuestan a los likes, a los views y a bailar bonito. ¡Ande pues!