Carlos Urdiales

Rehabilitación del dedazo

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
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El Presidente López Obrador pasará a la historia, entre varias cosas, por ser quien rehabilitó el dedazo. Tiene la posibilidad de recuperar lo que desde Carlos Salinas de Gortari los mandatarios perdieron por razones y circunstancias particulares. Colosio no fue, Labastida tampoco. Fox no impuso a Creel, Calderón perdió con Josefina y Peña decidió, pero la suerte estaba echada.

Bajo la lógica de negar lo evidente, como su “denme por muerto” en pos de la primera de sus tres candidaturas presidenciales, López Obrador juega abierto, amplía la baraja de sus posibles sucesores. Él encarta y descarta.

Destaca Claudia Sheinbaum, puntera a pesar del colapso de la L-12 y el descalabro electoral en CDMX; sostiene sin titubear al canciller Marcelo Ebrard y refrenda a otros para crear la idea de amplitud en sus opciones. Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, Esteban Moctezuma y Juan Ramón de la Fuente.

Relevo generacional en el ala progresista liberal, esboza AMLO sin mencionar al director del IMSS, Zoé Robledo —que trasciende irá a Gobernación— o al subsecretario de Salud Hugo López Gatell —al Seguro Social por rebote—. Tampoco mete al senador en jefe de Morena, Ricardo Monreal. De Mario Delgado, nada. Tampoco de Arturo Herrera o de Rogelio Ramírez de la O.

A pesar de encuestas que documentan un descenso coyuntural en los niveles de aprobación a la gestión lopezobradorista, no hay hasta hoy un elemento sólido que vaticine un revés en la consulta popular para revocación de mandato en marzo del próximo año.

Y ante el exiguo cartel opositor que luce a la fecha, sería temerario pensar que Morena no logre refrendar la presidencia en 2024. De ahí que, como hace mucho tiempo, voluntad y poder presidencial reactiven la figura del gran elector eficiente, dedo presidencial que apuntará —con disimulo y firmeza—, quien primero ha de ser candidata o candidato in pectore y después, heredera del encargo, banda y liderazgo.

¿Fosfo-fosfo? En el consejo nacional de Movimiento Ciudadano todo fue celebrar. Y soñar. Dante Delgado, Clemente Castañeda, el gobernador electo de Nuevo León, Samuel García y un centenar de alcaldes y diputados locales ganadores dibujaron un eje regio-tapatío en un país naranja encendido, fosfo-fosfo diría la esposa de García, la influencer Mariana Rodríguez.

MC tiene tres tiradores naturales al 24, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, el recién electo Samuel García y ojo, Luis Donaldo Colosio Riojas, futuro presidente municipal de Monterrey. El apellido del hijo del malogrado -disculpe el lugar común- candidato priista, es franquicia cuyo valor comienza a dimensionarse.

Tregua en guerra civil priista. Ulises Ruíz, Nallely Gutiérrez y grupo que los acompaña, optaron por una retirada táctica, liberaron las puertas de la sede nacional del revolucionario institucional. Batalla, que no guerra, ganada por Alejandro Moreno y compañía.

Sin embargo, la reyerta al interior del PRI no implica algo mejor de cara a sus retos electorales, ni el próximo año, ni para la grande. La necesidad de aliarse llegó para quedarse y en ello va su desdibujamiento ideológico y la debilidad de su ADN histórico.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.