Carlos Urdiales

El salario de AMLO

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
Carlos Urdiales
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En abril de 2019 el Presidente López Obrador promulgó la reforma a la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos, en la cual nadie percibiría más salario que los 108 mil pesos netos que entonces ganaba AMLO.

Hace dos años más de 17 mil funcionarios públicos, que no dependen del Poder Ejecutivo, se ampararon contra la medida que invadió competencias y, lo más importante, una legislación (otra más) redactada en función de la austeridad de relumbrón. Nunca se argumentó por qué el Presidente ganaría 108 mil pesos.

A la épica cuatroteísta anteceden y sobreviven derechos adquiridos de funcionarios que, en Banco de México, Comisión Federal de Competencia Económica, Instituto Nacional Electoral (nuevo villano favorito), Suprema Corte de Justicia y Consejo de la Judicatura, defendieron un asunto complejo y repelente a la simpleza del templete.

Ayer, la Primera Sala de la SCJN declaró infundados los recursos que la Consejería Jurídica de la Presidencia interpuso. La Corte avala que en Banxico, INE, Cofece, SCJN, entidades descentralizadas y autónomas, altos funcionarios ganen más que el Presidente López Obrador. Todo con la razón y el derecho.

En Banxico, cerca de 85 funcionarios ganan más que AMLO; 350 mil pesos en la Junta de Gobierno y 180 mil en direcciones generales. Desde el banco central se argumentó que el salario presidencial no monetizaba prestaciones intrínsecas del mandatario, por ejemplo, el uso de un departamento de 300 metros cuadrados en Palacio Nacional y sus costos de manutención.

Y en la SCJN los salarios de magistrados, con todo y decretos de austeridad para no quedar tan mal con ya saben quien, dejaron tabuladores que rondan el medio millón de pesos mensuales. Más planes de pensión vitalicia sin parangón. Y en el INE, los ingresos de consejeros, directores generales y coordinadores alcanzan los 180 mil pesos mensuales.

Combustible para la mañanera, derecho y razón imperaron contra decisiones que, lejos de ordenar austeridad y proporcionalidad profesional, polarizaron y confrontaron gratuitamente a estructuras del Estado mexicano en espectáculo público del cual sólo prejuicios quedan.

Limón para Álvaro Obregón. Lía Limón ha sido legisladora y funcionaria pública, creó el programa de Estancias Infantiles, su trayectoria la define como mujer de acción, no de promesas.

Empática con mujeres y sectores vulnerables, la candidata por la Alianza Va por México (PAN, PRI y PRD) va por la alcaldía de Álvaro Obregón con una campaña que, además de capitalizar el enojo que en la demarcación provocó el abandono (literal) de Layda Sansores botando el puesto con tal de ir de candidata a Campeche, plantea un gobierno local proactivo y claro en sus alcances y competencias.

Lía Limón habla de coordinación con el gobierno capitalino sin supeditación ni delegación de responsabilidades. Opción para quienes han padecido por lustros la incompetencia de tribus multicolor.