Carlos Urdiales

El testamento, la rebelión y la comisión Veracruz

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Urdiales 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El acertijo que el Presidente López Obrador regaló a la plaza pública con su testamento político, así como su estrategia para azuzar aún más a la gradería, al no mencionar lo dispuesto en el Artículo 84 de la Constitución que garantiza, la Carta Magna, no su manifiesto de voluntad post mortem, la gobernabilidad de la Patria en caso de una indeseable ausencia permanente, ya se traduce en hechos y golpeteos políticos.

Nadie sabe ni sabrá —deseamos—, qué dice su testamento, en quién o en quiénes deposita su entera confianza, incluso cuando ya no esté. ¿Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, un asesor, un gobernador, algún familiar?

El que es muy probable no figure es Ricardo Monreal, senador en jefe de Morena, eficiente operador legislativo, declarado opositor al método favorito de AMLO para elegir candidatos, la encuesta.

Apenas superado el susto del cateterismo, y tras evidenciar la imprecisión del primer comunicado, en contraste con el de Gobernación y la versión final del propio mandatario en su video sabatino; las huestes imaginadas en el testamento presidencial así como en la muy real y adelantada dinámica sucesoria rumbo al 2024, mueven fichas, adelantan filas, acomodan intereses y presiones.

De repente, tres decenas de senadores morenos cobraron conciencia que la Comisión Especial para Recabar Violaciones a los Derechos Humanos en Veracruz, particularmente durante el gobierno de su correligionario Cuitláhuac García, encabezada por el emecista Dante Delgado y gestada por Ricardo Monreal, carecía de legitimidad y sobre todo de representatividad, así que mañana reclamarán su disolución.

Antes que la nave de la formalidad institucional se hunda —la hundan—, su capitán, Dante Delgado, anunció que se baja de ese navío, que para luchar contra las atrocidades judiciales no se requiere tripular una comisión senatorial; que calles y plazas de ese rico estado también son útiles para juzgar y sentenciar al adversario político de Monreal, por asociación política con la Jefa de Gobierno de Ciudad de México.

Las nuevas tribus, ahora morenas antes amarillas, muestran músculo. La discrepancia de algunos senadores con su coordinador quieren traducirlas, en el imaginario informativo, como una inminente pérdida del poder. Error, la presencia de Monreal es funcional para los objetivos legislativos de la administración del Presidente.

Que esa posición se transforme en enésimo frente abierto le resta al proyecto transformador; su permanencia abona a objetivos anteriores a disipar la pugna sucesoria.

Pero el ambiente se tensa, el pretendido jaque a Monreal es una señal nítida del bloque que goza de los afectos presidenciales, reales o imaginables, en el perspicaz testamento.

Sin que la realidad legal que vive tras las rejas José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado, importe, los reacomodos de la claque que se mueve en torno al Presidente van y vienen, del penal de Pacho Viejo en Veracruz a MC, a la Cámara alta y de ahí a Palacio Nacional. Orden y control.