Daniel Alonso

De las cenizas

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Apenas hace unas cuantas semanas el todopoderoso América se arrastraba por la Liga MX. La crisis deportiva y la mala relación de algunos jugadores con su exentrenador, Santiago Solari derivaban en uno de los peores arranques de la historia del club de Coapa. Fue así como el Solarismo llegó a su fin tras la fecha ocho luego de empatar en el Azteca ante Querétaro. Aquel día comenzaba el resurgimiento Águila.

Luego de empatar ante Chivas, los capitalinos suman ya cuatro victorias consecutivas, dos de local y dos de visita; escalando desde la posición 17 al octavo lugar, peleando seriamente por meterse a la fiesta del futbol mexicano. Sin un futbol espectacular, pero si con mucho más orden y mayor compromiso por titulares como suplentes, el América ha logrado revertir la situación e incluso, entre sus aficionados ya se menciona que el equipo puede pelear el título.

El regreso cual ave fénix del América es la confirmación de que las leyendas que tanto niegan los jugadores sobre “tender la cama” son más reales que las ondas de calor que azotan a la República Mexicana. Sucede en el futbol, en la política, en las empresas y en todo ámbito social en donde se quiera perjudicar o sacar provecho de cierta situación.

Pero antes de soñar con una estrella más en la camiseta águila, los dirigidos por Fernando Ortiz tendrán un cierre que significará el examen final para este equipo de la segunda mitad de temporada. Primero deberán recibir a León mañana por la noche, rival del que no pueden confiarse ya que, a pesar de su irregularidad, se trata de un rival directo por los puestos de repechaje.

Posteriormente, ya en la Jornada 16, el América deberá enfrentar la prueba más difícil, visitar nada más ni nada menos que, al líder de la competencia, el cuadro de Tigres. El enfrentamiento contra su anterior entrenador, Miguel Herrera, será el verdadero termómetro futbolero para ver cómo anda en realidad el equipo. Y finalmente, para la última fecha, el cuadro americanista será local administrativamente ante Cruz Azul, enfrentamiento que se vivirá ya como un auténtico juego de liguilla, porque el América podría estarse jugando el repechaje o quedar eliminado. Mientras que el Cruz Azul podría estar disputando un puesto directo a la liguilla o nuevamente ir al temido repechaje.

Más allá de los sueños del americanismo y de la posibilidad real del alcance que tendrán las Águilas en la liguilla, hay dos cosas que son un hecho: la primera, que nadie querrá enfrentar al América en el repechaje, ya sea visitando el Azteca o recibiéndolos. Y más o menos sacando cuentas y de acuerdo con el calendario, todo parece indicar que será Tigres o Pachuca quien podría ser el ganador de la rifa ya para cuartos de final.

Y la segunda: que ya se extrañaba al América en la liga. Si ya es difícil emocionarse cada ocho días en la Liga MX, perder a otro (lo siento Chivas) de los llamados grandes o equipos populares del país, ya volvía muy gris nuestro futbol. El “ódiame más” perdió durante mucho tiempo todo sentido, da mucho gusto saber que ya están de regreso.