Daniel Alonso

Cita con el destino

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Sin importar la nacionalidad, la raza o la religión, el ser humano se mantiene ligado a diversas creencias para poder darle sentido o significado a nuestra existencia. Para muchos filósofos, antropólogos e incluso científicos es parte de la naturaleza humana la creación de conceptos místicos como la reencarnación, Dios o destino. Todo se remonta desde hace siglos cuando el hombre levantó la cabeza y miró el oscuro e infinito universo y se preguntó: ¿quién soy yo?

La mañana del 13 de mayo de 2006, Guillermo Cantú, en ese entonces titular de la Comisión de Selecciones Nacionales, anunciaba los tres nombres que no irían finalmente a la Copa del Mundo de Alemania: Israel López, Joel Huiqui y para sorpresa de todos: Jaime Lozano. El exjugador de Pumas había sido contemplado durante toda la fase de eliminatorias y fue pieza clave como en aquella visita a Costa Rica en la que marcó dos golazos, uno de tiro libre y uno más de palomita; con ello, México ganó 2-1 el encuentro en suelo tico, algo que no sucedía desde 1960.

Lozano fue sublíder de goleo en dicha fase, sólo detrás del goleador Jared Borgetti y fue miembro del grupo que participó en la Copa Confederaciones del 2005. Nadie entendió la decisión, y Ricardo La Volpe, técnico en aquel momento, no dio mayores detalles del porqué. Además de que el debate mediático giraba en torno a Cuauhtémoc Blanco también cepillado por el Bigotón. Sus lugares fueron ocupados por Antonio Naelson Sinha y por Rafael Chiquis García, quien no disputó ni un solo minuto en dicha justa mundialista.

En propias palabras de Jaime Lozano, quedar fuera de aquella lista fue el momento más doloroso en su carrera, afirmando incluso, que el futbol le había fallado y que abandonar su carrera era una opción en aquel momento. La vida y el futbol da muchas vueltas, y en uno de los momentos más caóticos para el balompié mexicano, Jaime Lozano fue elegido bombero tras la destitución de Diego Cocca, flamante bicampeón de la liga mexicana, y luego de conquistar la Copa Oro en medio de un turbulento ambiente, Jaime Lozano fue nombrado oficialmente como el técnico de México de cara al 2026.

Como era de esperarse, la decisión provocó opiniones divididas, que si fue lo mejor o no, ya tendremos 3 años por delante para discutirlo lento y con lujo de detalle. Lo que es un hecho, es que desde hace tiempo un entrenador de la Selección Mexicana no provocaba en la afición un respaldo general, porque Gerardo Martino o Juan Carlos Osorio no terminaron nunca por enamorar al aficionado, generaron más bien un rechazo por la cierta soberbia que desprendían en momentos. El perfil de Jaime Lozano es distinto, mucho más cauto y negociador, y esto por ahora ha funcionado. También habrá que entender realmente si el famoso Consejo que asesorará a Lozano tendrá repercusión positiva, afortunadamente La Volpe se cortó solito y decidió no participar.

En el verano del 2026 cuando se dispute el Mundial que nuestro país organizará junto a Estados Unidos y Canadá, se cumplirán dos décadas de aquel trago amargo que el Jimmy vivió, pero puedo apostar que cuando México tenga su debut en un pletórico Estadio Azteca y el himno mexicano sea entonado por 90 mil almas, Jaime Lozano sanará las viejas heridas y podrá sellar definitivamente la paz con el futbol. Porque la pelota y el destino, nunca se equivocan.