Daniel Alonso

Necedad Infantina

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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¿Un Mundial cada dos años? La idea ha rondado en la cabeza de los miembros de la FIFA desde hace ya mucho tiempo. Todo indica que será bajo la gestión de Gianni Infantino que el modelo soñado por los dueños del balón se volverá realidad. Será durante el mes de diciembre que se votará el nuevo modelo que, sin duda alguna, cambiará las sensaciones sobre lo que significa, la competencia estelar del futbol.

Hace dos días concluyó la gira promocional de Infantino por Sudamérica, en donde se reunió con miembros de las diferentes federaciones de Chile, Ecuador, Venezuela, Argentina y Colombia; incluso, el mandatario de la FIFA logró conversar con tres de los cinco jefes de Estado: el colombiano Iván Duque, el venezolano Nicolás Maduro y el ecuatoriano Guillermo Lasso.

El discurso de Gianni Infantino siempre va dirigido con la carga emocional sobre “la universalidad del futbol” y que quiere darles la oportunidad a todos los países de soñar e ilusionarse con la posibilidad de albergar o participar en un Mundial. En ese sentido, hizo la comparación de que el Super Bowl y la Champions se juegan todos los años y no pierde interés; esta última afirmación posee un cierto grado de verdad y otro tanto de falsedad.

Entre ayer y hoy, se disputa la tercera fecha de la Champions League 2021-2022 y, aunque muchos encuentros no son muy llamativos, otros como el Paris-Leipzig o el Atlético de Madrid-Liverpool resultaron tremendos juegazos. Todos los años la parte global de la máxima competencia de clubes en Europa es un éxito: venta de derechos de transmisión, estadios llenos, buen nivel deportivo, pero en gran medida es por la naturaleza del torneo. Los países poderosos que participan y la geografía misma ayudan en la logística de la Champions.

La comparación con el Super Bowl va por la misma línea. No cabe duda de que cuando uno habla de la NFL, hay que dar por hecho que estamos hablando de la liga profesional deportiva número uno del mundo. En estructura, en nivel deportivo, en espectacularidad, en prácticamente todos los rubros la NFL no tiene comparación. Pero no se puede dejar a un lado el hecho, que durante 7 meses la competencia está detenida, y no existe otra liga de futbol americano en la que el aficionado se refugia durante el año. Por eso el éxito comercial va de la mano con el éxito deportivo.

¿Sería un absoluto fracaso el Mundial bienal? Hay argumentos que ya maneja FIFA como el descanso que tendrían ahora los futbolistas, reduciendo casi en la mitad los trayectos de jugadores internacionales que viajan de Europa a Sudamérica para juegos de eliminatorias. FIFA tendría que desaparecer el Mundial de Clubes, Nations League y los partidos moleros. Además, ajustar la Euro y Copa América, que recién comienza su etapa de jugarse cada cuatro años, porque precisamente cada dos años resultaba aburrida y poco atractiva para todos.

Es muy lindo e inspirador el discurso de Infantino, pero todo mundo sabe que el verdadero interés es doblar los ingresos multimillonarios que significan para la FIFA los Mundiales. Sólo hay que mirar Qatar y todo lo turbio que significó la elección de la sede. Parece inevitable el cambio de la periodicidad mundialista, pero lo clásico nunca pasa de moda, y ojalá dure muy poco el capricho de Infantino.