Lluvia chilanga

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero
David E. León RomeroLa Razón de México
Por:

Mujeres y hombres de distintos grupos sociales han promovido por décadas el aprovechamiento del agua de lluvia. Agua que llega puntual a nuestras azoteas que de manera sencilla puede ser captada, almacenada y utilizada en distintos servicios en nuestras viviendas.

Agua que si no se controla y se suma con la del vecino, suele destruir lo que encuentra a su paso, además de saturar nuestros drenajes (no proyectados para conducirla) provocando inundaciones.

Nuestra ciudad tiene sed. Traemos el agua de muy lejos y sacamos agua de pozos muy profundos, dos acciones que provocan conflictos de índole ambiental, económica y social. Por ello, la lluvia que precipita en la capital del país resulta una gran fuente de abasto para la población.

Como sucede en muchos otros bienes y servicios, los que menos tienen, pagan más en la escasez. La captación de agua de lluvia está disponible y beneficia a todos por igual. Por todo esto, cobra muchísima relevancia el programa que ha emprendido el Gobierno de la Ciudad de México para ayudar a las familias a captar y aprovechar el agua de lluvia que cae sobre sus predios.

Estoy seguro que el Gobierno que encabeza la doctora Claudia Sheinbaum, quien ocupó de manera muy relevante el cargo de secretaria de Medio Ambiente hace algunos años en el Gobierno de la Ciudad, ha sido la administración que mayor conciencia y atención ha tenido para los conflictos y proyectos que giran en torno al agua en la Ciudad de México.

El programa lleva por nombre Cosecha de Lluvia y está disponible para las familias de las alcaldías de Tlalpan, Tláhuac, Milpa Alta, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, Iztapalapa y Coyoacán. El programa es gratuito y las familias reciben una serie de capacitaciones de concientización en torno al agua y su valor, además de la instalación de un sistema de captación y potabilización del agua proveniente de la lluvia.

Entre los tantos retos que enfrenta nuestra ciudad, estoy seguro que uno de los de mayor envergadura es el del agua. El abasto, es decir, que el agua llegue a nuestras viviendas con la calidad y cantidad suficiente, encontrando fuentes de abasto sustentables, evitando contaminación y fugas en la distribución; el del uso y consumo, relacionado con usar sólo el agua indispensable y en la calidad necesaria para cada uso, procurando el reuso y el reciclaje; y por último y no menos importante, el saneamiento, que tiene que ver con limpiar el agua una vez que ha sido utilizada.

El agua de lluvia será la única fuente sustentable en la que la Ciudad deberá fincar su crecimiento y desarrollo. Cada vez es más complejo importar agua de otros sitios o extraerla de los mantos acuíferos. El programa Cosecha de Lluvia deberá extenderse a todas las alcaldías de la capital del país, apoyando a aquellos que no tienen forma de implementarlo y obligando a todos aquellos que sí tienen recursos para su implementación.

Hoy contamos con un Gobierno comprometido con el medio ambiente y la sustentabilidad y está en nosotros, la ciudadanía, realizar todo lo que esté a nuestro alcance para garantizar abasto, consumo, uso y saneamiento sustentable del agua.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.