Los niños deben ser prioridad

JUSTA MEDIANÍA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Coincidentemente fue el desenlace de la Primera Guerra Mundial lo que despertó la preocupación de un sinfín de grupos, por atender de manera prioritaria a los niños. Hoy, son tres fenómenos los que nos obligan a subrayar la urgencia de dar prioridad a las niñas y niños de nuestro planeta: el Covid-19, la migración y la guerra.

Al día de hoy se discute en nuestro país, acerca de la necesidad de vacunar a los menores de edad para protegerlos del virus. Más allá de los efectos directos que pudieran presentarse en ellos al verse contagiados, los niños han sido afectados con el encierro, la falta de convivencia con sus amigos en los espacios abiertos y la pérdida de clases presenciales que afectaron su aprendizaje y desarrollo.

Lo más doloroso de los efectos del Covid-19 sobre los niños, es la orfandad en la que muchos de ellos han quedado. Hacia finales de junio del 2021, más de 2 millones de niños en el planeta habían perdido a su madre, padre, abuelo o abuela, que estaban a cargo de sus cuidados de manera rutinaria.

El Banco Mundial ha estimado tasas de muerte de cuidadores primarios (adultos encargados del cuidado de los niños) de 10 niños por cada 1,000 niños en Perú, 5.1 niños en Sudáfrica, 3.5 niños en México y 1.5 en Estados Unidos. Los efectos de la orfandad son diversos y profundos: depresión, deserción escolar, violencia, entre muchos otros.

Con base en un reporte del Imperial College of London, se calcula que la pandemia dejó en México más de 215 mil niños y adolescentes huérfanos. En contraste, el Senado mexicano revela que la cifra podría alcanzar los 400 mil.

El segundo recordatorio de la necesidad de redoblar el paso por nuestros niños nos lo da la guerra. Unicef se encuentra realizando tareas para brindar a los niños estabilidad, protección y seguridad, en un contexto de violencia y zozobra en Ucrania. Se calcula que existen más de 7.5 millones de afectados. Los niños han muerto, han sido heridos y han sufrido traumas que afectan su presente y futuro. Se calcula que más de 5 millones de menores ucranianos se han visto obligados a dejar su país.

El tercer recordatorio urgente nos lo da la migración en nuestro continente. Son miles los niños que cruzan a pie países enteros buscando llegar a Estados Unidos. México se ha convertido en un país de origen, tránsito y retorno de niños, procedentes principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala.

Los niños caminan en muchas ocasiones solos, en un completo estado de vulnerabilidad, afectados física y mentalmente, y se vuelven presa fácil de la violencia, la explotación y la trata. Unicef calcula que el 30 por ciento de la población migrante alojada en albergues en territorio mexicano son niños, de los cuales, la mitad ha viajado solo, sin ningún acompañante que pudiera cuidar de ellos.

Enfrentamos un gran reto, profundamente doloroso, considerando únicamente a estos tres grupos de niños que sufren efectos importantes de la realidad por la que atraviesan. Sector privado, público y social, debemos fortalecer acciones para rescatar a estos niños que se encuentran en la etapa más importante de formación, que condicionará su desarrollo y futuro.