Eduardo Nateras

Horrores y errores de guerra

CONTRAQUERENCIA

Eduardo Nateras*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Eduardo Nateras
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Cualquier guerra llevada a cabo, deja a su paso la muestra palpable de la peor parte de la naturaleza del ser humano, que es la capacidad de destruir y de infligirle daño a otros seres de su misma especie.

Durante esta semana, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, participó —vía remota— en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, ante la cual, paradójicamente, Rusia es miembro permanente. Como parte de su intervención, Zelenski transmitió un crudísimo video sobre los horrores cometidos por soldados rusos en contra de la población civil, a su paso por la capital ucraniana —acciones, todas ellas, indescriptiblemente atroces—, a la vez que cuestionó el actuar del Consejo, solicitó que se le retire a Rusia el poder de veto ante dicho órgano —usado, a decir suyo, como una licencia para matar— y exigió que se juzgue por crímenes de guerra a los miembros del ejército ruso, que participaron en las acciones mostradas.

El gobierno ruso se limitó a expresar que las imágenes difundidas constituyeron un montaje que ponen en peligro la estabilidad mundial –como si su invasión no fuera la causa de todo–, por lo que instó a que el tema fuera abordado ante el mismo pleno de la ONU. Sin embargo, el vilo continúa sobre hasta qué punto se involucrarán otras naciones —con Estados Unidos como principal actor—, en un juego de doble vía, en el que se condena y sanciona a Rusia por cuanto medio queda al alcance —en un intento aparentemente insuficiente por hacerlo desistir de su avanzada—, pero sin ser lo suficientemente frontales como para tener que implicarse militarmente en el conflicto.

Por lo que respecta a México, hace algunas semanas fuimos testigos del lamentabilísimo acto llevado a cabo por algunos legisladores, integrantes de diversos partidos, aliados de la actual administración, quienes integraron el “grupo de amistad” con Rusia en un acto, ya no digamos de ausencia de toda perspectiva diplomática, sino de absoluta falta de sensibilidad ante el dolorosísimo momento por el que atraviesa la nación ucraniana.

Sin embargo, este bochornoso episodio generó una respuesta igualmente penosa por parte del legislador demócrata Vicente González, del congreso estadounidense, quien envió una carta al secretario de Estado norteamericano, en la que solicitó retirarle la visa a los homólogos mexicanos, que decidieron conformar el grupo de apoyo pro-Rusia, para que estén impedidos de ingresar a Estados Unidos. Esto generó condenas por parte del Congreso mexicano y llevó a que López Obrador advirtiera que, en caso de que las visas fueran retiradas, emitiría una carta diplomática en protesta.

La reacción por parte del congresista norteamericano, hizo retroceder la memoria varias décadas, al periodo de la Guerra Fría, en donde el mundo estuvo dividido, entre las simpatías y afinidades hacia el régimen norteamericano o, en contraparte, hacia el soviético. Tal parece que la huella de ese conflicto aún no ha podido ser erradicada, pero resulta aún peor pensar qué —en tanto no haya un cese de hostilidades en la actual guerra—errores y horrores del pasado volverán a ocurrir.