Casos de corrupción

DESDE LAS CLOACAS

El Duende
El DuendeLa Razón de México
Por:

Estamos en época electoral, es tiempo de campañas, y donde quiera hay desvío de recursos. Todo sea por conseguir el “hueso” o en algunos casos repetir en el cargo. Se dan de todos los colores y en todos los partidos, incluso donde se piensa que no hay tanta atención.

Por ejemplo, en la zona rural de la Ciudad de México, desde hace mucho hay inquietud por como ha aumentado la cantidad de contratos que hay con empresas privadas.

¿Y quiénes son los más afectados?

Los ejidatarios. ¿Por qué? Porque piensan que van a recibir los recursos prometidos para sus tierras ó parcelas y al final no reciben nada.

Hasta el castillo me llegaron varios testimonios —no sólo uno— de muchos campesinos que han sido beneficiarios de proyectos, pero que no ha llegado ningún recurso.

Los ejidatarios de Xochimilco, en el sur de la capital mexicana, están teniendo que aguantar que no les llegue ningún tipo de apoyo, o que simplemente lo que ya se había pactado con ellos se vaya para otro lado.

¿Adónde se va todo ese dinero?

No lo sabemos, además todo es controlado desde dependencias que no transparentan la entrega de esos dineros, ni de los apoyos o los créditos para mejorar la condición de vida de los trabajadores del campo. Simplemente no hay señal. 

Ahí no termina el problema, cuando los ejidatarios de estas zonas —muchas de ellas marginadas y en condiciones de mucha pobreza— van a reclamar que no les han cumplido con sus beneficios, la Secretaría de Finanzas les dice que no se aferren y les proponen meterlos a otros proyectos “mejores” y así los siguen engañando.

O sea, les piden meter otros proyectos a cambio de los que ya tenían en curso y por los que ya iban a recibir recursos, ya así les vuelven a dar largas y a dejarlos en lista espera. ¿Cómo se llama esto? ¡Exacto! Corrupción.

Si hay algo que el Presidente López Obrador ha prometido erradicar desde que comenzó su administración, ha sido la corrupción que permea en el país. Y tristemente con este tipo de historias, queda claro que, lejos de acabarse, es algo cada vez más común, que irrita en lo más hondo de Palacio Nacional.   

En el baúl. Una buena: hay hospitales como el Instituto Nacional de Cancerología, que este fin de semana, por primera vez desde el inicio de la epidemia, registraron cero ingresos en las áreas Covid. La mala: quieren cerrar esta área, no sólo porque ya no hay casos, sino porque —me cuentan fuentes del Incan— ya no hay insumos para atender a pacientes que pudieran llegar.