¿Por qué no fue Higinio?

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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L a semana pasada, Morena dio a conocer que, por segunda ocasión, la maestra Delfina Gómez, actual secretaria de Educación Pública, buscará la gubernatura del Estado de México en 2023.

Delfina se abrió paso entre otros aspirantes, uno de ellos el senador Higinio Martínez, originario de Texcoco y quien, me cuentan, no contaba con la venia del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y me puse a buscar ¿por qué no?

Me encontré algunas historias políticas al respecto y les voy a contar una…

En 2006 llegó a la dirección de gobierno de la presidencia municipal de Tultitlán Estado de México, un tal Alberto Martínez, quien casualmente era de Texcoco y casualmente era hermano de don Higinio.

Alberto había trabajado en el congreso mexiquense con Maurilio Hernández, quien en ese entonces fue colocado en la secretaría del Ayuntamiento de Tultitlán. Es decir, las dos posiciones más fuertes después de la presidencia municipal estaban en poder del llamado “Grupo de Acción Política”. Así se tendió la red de puestos políticos.

El alcalde anterior, Juan Antonio Preciado, hizo un acuerdo con Alberto Martínez —a quien le tocaba la candidatura de la presidencia municipal— con la presidencia de una comisión en el Congreso del Estado de México que implicaba manejar recursos, y que alcaldes y hasta el propio gobernador —en ese entonces Enrique Peña Nieto— se acercaran a él para negociar algunas obras.

Juan Antonio cedió la comisión al PRI a cambio de que le dieran la presidencia de la Junta de Coordinación Política a Higinio Martínez. Así fue como, a cambio, Juan Antonio Preciado recibió la candidatura en 2009 para la presidencia municipal de Tultitlán.

Un año antes de la elección, en 2008, Higinio Martínez y el “GAP” rompieron el acuerdo para poner a un incondicional e impusieron a Maurilio Hernández, un completo desconocido de Tultitlán.

Pero, pero, peroooo… de último minuto Higinio y Maurilio Hernández cedieron la presidencia municipal de Tultitlán al PRI, para tener posiciones en el Gobierno, entre ellas, beneficios y puestos de trabajo en el entonces nuevo proyecto: el Tren Suburbano.

A cambio de la derrota en Tultitlán y en otros municipios que estaban con el PRD, el PRI ayudó al grupo de Higinio a obtener del Gobierno claves de trabajo para poder abrir centros escolares, primarias y secundarias privadas.

Me cuentan mis fuentes en las cloacas del Edomex, que por ahí de 2011, cuando Alejandro Encinas buscó la gubernatura del Estado de México por el PRD, los agremiados del “GAP” operaron en contra y le metieron el pie a Higinio para que perdiera ante Eruviel Ávila.

Por estas historias y otras más, es que López Obrador no confía en Higinio y su grupo, aunque la propia Delfina sea parte de ellos, la balanza está inclinada a la maestra y no a Higinio, quien con tal de mantener el poder puede negociar con el PRI.

Nunca mejor dicho, “así las cosas” en el Estado de México.

Basta por hoy, pero el próximo lunes…regresaréeeeeeeee!