El Duende

La hija del pastor de la 4T

DESDE LAS CLOACAS

El Duende*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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L a política migratoria del Presidente Andrés Manuel López Obrador, será una de las más recordadas. Según sus propias palabras desde Palacio Nacional, hasta 16 mil migrantes llegan a las fronteras de México en busca de llegar a Estados Unidos.

Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones, en 2022 entraron al país 444 mil 439 personas, lo que representó un incremento de hasta 31 por ciento respecto a un año anterior.

En su paso por nuestro país, los migrantes padecen de todo: robo, extorsión, tráfico de personas, secuestro y hasta incendios en estaciones migratorias por descuidos de las autoridades. Y sin duda, una de las entidades a la que más llegan es a Chiapas, donde los albergues han sido totalmente rebasados por el éxodo de personas provenientes de Centro y Sudamérica.

Es justo desde esa tierra que me informan que se han despertado suspicacias por un posible vínculo entre una funcionaria del Instituto Nacional de Migración y un presunto integrante del crimen organizado.

Y no es cualquier funcionaria, sino Dámaris Farela Pacheco, directora del Programa Héroes Paisanos y, además, hija de Arturo Farela, asesor y pastor de cabecera del Presidente López Obrador.

Me cuentan que hasta la oficina de Francisco Garduño, comisionado del Instituto Nacional de Migración, han llegado varios reportes de posibles nexos y amistades de dicha funcionaria con un miembro del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Esta alerta, me cuentan fuentes confiables, hizo que la plana mayor del INM levantara la ceja y comenzara a indagar sobre estos posibles vínculos, sobre todo, si la funcionaria estaba al tanto de la persona con la que se le estaba relacionando.

Por el momento, me dicen, las indagatorias no han llegado a mayores y Dámaris sigue trabajando con “normalidad” en sus funciones, pero no le quitan el ojo de encima, pues sería un escándalo que se diera a conocer que el crimen se ha infiltrado hasta el INM en plena crisis por el paso de miles de migrantes por el país.

Hay que recordar que Dámaris no es la única en la lupa, pues el pastor favorito de Palacio Nacional tiene a otro hijo cobrando en el erario público, Josué Farela Pacheco, quien hasta hace unos meses tenía una dirección regional en los llamados Servidores de la nación con un sueldo mensual que superaba los 70 mil pesos.

En el baúl. No cabe duda que la realidad supera la ficción, y lo que ocurrió en Acapulco es una tragedia que dejó al descubierto varias cosas. Quizás una de las más relevantes es que ningún gobierno queda de pie tras los embates de la naturaleza.

Los tres niveles de Gobierno quedaron rebasados y fueron tomados por sorpresa por un fenómeno que cambió de rumbo y de categoría en unas cuantas horas.

La sociedad acapulqueña —tras décadas de abandono— no estaba lista para un golpe de esta contundencia. No es de gratis que lugareños estén abandonando sus casas y dejando atrás sus hogares de toda la vida ante la anarquía que se avizora en el horizonte de la ciudad costera.

Cifras oficiales dan 48 muertes confirmadas por el paso del huracán Otis, pero se habla de muchas más, sobre todo por la cantidad de personas desaparecidas.

Algunos cálculos apresurados, pero conservadores, hablan de que se requerirán al menos 50 mil millones de dólares para reconstruir Acapulco; el Gobierno ha dicho que sí hay fondos, pero no han dado una cifra exacta.

¡Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!