El muerto apesta

La Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) es un muerto que ya empieza a oler muy feo en la escena política nacional.

No sólo por la advertencia de Morena de desaparecerlo en cuanto tengan la mayoría de gubernaturas, ni por la desbandada de 10 mandatarios el año pasado que se fueron a formar la Alianza Federalista, tampoco por las reuniones a las que asistían más “representantes” que los propios mandatarios.

La Conago empezó a desaparecer hace tiempo y las finanzas de la asociación civil que administra los fondos para su operación es muestra de ello. Tan es así, que las oficinas que tienen en el piso 21 del World Trade Center fueron parcialmente cerradas desde hace un tiempo.

Y no sólo fue por el tema de la epidemia de Covid-19 —que ya de por sí fue un duro golpe—, sino también por la falta de transparencia y rendición de cuentas en los recursos que se manejan desde la Secretaría Técnica de la Conago, comandada desde hace 18 años por Rolando García Martínez.

Esto a pesar de que los miembros, en este caso los gobiernos de los estados, están “voluntariamente obligados” a realizar aportaciones anuales, mismas que ya dejaron de llegar, y que eran para la realización de eventos públicos y privados, así como los relacionados con la operación de la Secretaría, el pago de sueldos, rentas y contribuciones.

La Secretaría Técnica de la Conago ha empezado a dar patadas de ahogado, pues ha hecho saber a los miembros que aún le quedan —recordemos que ya se fueron 10 gobernadores— que la contracción en el presupuesto que tendrá, equivale al 31.5 por ciento, sin contar el índice inflacionario para este 2021.

En general, me cuentan que se está acabando el dinero para la operación activa de la Conago. Y yo me pregunto ¿será esta falta de transparencia la que ha provocado que los gobernadores electos anuncien una reestructuración de la misma?

El próximo 1 de noviembre, cuando Marina del Pilar se convierta en la mandataria de Baja California, 17 de las 32 gobernadoras y gobernadores serán de Morena. Comenzará entonces el punto final de la Conago, algo que ya se refleja en sus finanzas desde hace tiempo.

En el baúl. Luego de las elecciones de este año, la pandemia por Covid-19 y escándalos como el colapso de la Línea 12, que dicho sea de paso ha manchado no sólo a miembros de la 4T, sino que ha pegado en el corazón de la sucesión del 2024, la Presidencia de la República está dando un volantazo en su política de comunicación social, esa que es operada por debajo del agua. Me cuentan fuentes de Palacio Nacional, que los youtubers, que al inicio de la administración jugaron de paleros para el actual gobierno, ahora cederán el lugar a una nueva estrategia en la que se irán acomodando investigaciones y filtraciones de casos de corrupción, donde estarían involucrados militantes del bloque opositor al Gobierno.