Se salió del Corral

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Hoy le quiero contar de las mañas de cierto político, que gobernó Chihuahua, que fue legislador, que vociferó contra el sistema, digamos que fue el Noroña blanquiazul… pero que tenía una buena cantidad de propiedades, y se perfilaba a ser como son algunos millonarios de un día para otro.

Desde una trinchera así y sin nada que perder, es bien fácil ser antisistema. Y no digo nombres porque Javier Corral se enoja. ¡Pero, pero, perooooooo!

Resulta que en la política y en el amor, tarde o temprano, todo se sabe. Y resulta que cuando era candidato a la gubernatura de Chihuahua, allá por 2016, a Javier Corral Jurado se le pasó declarar la posesión de un terrenito, modesto, ¡de 15 hectáreas! en el ejido Nombre de Dios. Ha de haber pensado que había tanta tierra que no se darían cuenta.

En aquel entonces, el paladín antisistema declaró tener más propiedades que el jengibre: nueve en total, entre departamentos, terrenos, ranchos y casas, con un valor de sólo 12 millones de pesos —dicen que en realidad llegó a amasar una fortuna de 58— y no sé ustedes, pero yo nunca he visto tanto dinero junto.

Sí, declaró nueve propiedades, pero se le olvidó el terrenito, chiquito, humilde, casual. A todos nos pasa, a mí también se me ha olvidado declarar mi Ferrari de vez en cuando.

Y le voy a soltar otra frase matona: “Detrás de un político, siempre hay un patrocinador”. Hoy suena y resuena la relación del político con un empresario de nombre Eduardo Almeida, quien, además de salir a hablar pestes de su antes amigo —o más bien cómplice—, salió a desembuchar, hace poco, que fue él quien le financió las campañas para el Senado y para la Cámara de Diputados, así como para la gubernatura de su estado “natal”, porque han de recordar que Corral nació en suelo gringo. ¡Toma tomate!

Bueno, Javier Corral no anda escondido. De hecho está por ahí muy activo en sus redes sociales publicando de series, películas y comentando artículos periodísticos. Sería bueno que ya también saliera a responder sobre otra serie, la serie de acusaciones en su contra. Así, rabioso, como cuando era el menos panista de los panistas y el antisistema con terrenos por todos lados.

La mala noticia no es ésa. La mala noticia, querido lector, es que al político que usted le rasque y sobre todo de esta “nueva generación” desde el más pobre con sus 200 pesos y un “Detente” en la cartera, hasta a los que les da amnesia declarar todo lo que en realidad se clavan, siempre les van a encontrar algo, como un terrenazo, que de pronto y de la manera más fortuita, se les “olvidó” declarar.

Cómo decía mi abuela Dondinéa: “Eso son los políticos, una duda permanente”.

En el baúl. Hay cosas que sencillamente se dejan pendientes. Por ejemplo cuando se fue Delfina Gómez, dejó pendiente un programa en la Secretaría de Educación Pública que era piloto. El programa tenía la intención de enseñar a los niños, alumnos de educación básica cómo reaccionar en caso de un atentado. Usted pensaría que el atentado podría ser en Tamaulipas o Michoacán, pero no, el programa era replicado en la capital. Sí, Leticia Ramírez no sabe, ni sabrá.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!