Tungüí, en la mira

DESDE LAS CLOACAS

El Duende
El DuendeLa Razón de México
Por:

A las víctimas de la Línea 12.

El colapso de una trabe entre las estaciones Olivos y Tezonco de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, hace exactamente una semana, llevará al banquillo de los acusados a algún o algunos funcionarios públicos, de eso no hay duda. La pregunta es ¿a quién?

Tras la tragedia, todos volteamos a ver a quien hoy es el hombre de todas las confianzas del Presidente, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Pero los misiles por la muerte de 26 personas no apuntarán en esa dirección. ¿Hacia dónde entonces? Me cuentan en las cloacas de Palacio, que el asunto podría ir hacia España.

Las autoridades capitalinas no descartan voltear hacia la madre patria donde fue detenido y espera su extradición Edgar Oswaldo Tungüí Rodríguez, excomisionado para la Reconstrucción, Recuperación y Transformación de la Ciudad de México en el gobierno de Miguel Ángel Mancera.

Ya de por sí, Tungüí cuenta con tres órdenes de aprehensión en México por su probable participación en el delito de uso ilegal de atribuciones y facultades como servidor público, y también podrían endosarle el caso de la Línea 12 a él, como responsable de usar recursos tras el sismo de 2017, incluso en el Metro.

El funcionario mancerista, como comisionado, era el responsable de impulsar los proyectos a los que se inyectaban recursos. Entre esos proyectos estaban los de la línea que corre de Mixcoac a Tláhuac.

Así que ésta es una ruta que ya se está explorando en el Gobierno capitalino -con la venia del Gobierno federal– para tener a su chivo expiatorio y blindar a Marcelo, quien es uno de los pilares del lopezobradorismo y por quien el tabasqueño metería las manos al fuego.

Esto, por supuesto, depende también de los resultados que arroje el peritaje de especialistas extranjeros que determinará quién fue el responsable de no darle mantenimiento a la obra tras el sismo y de usar materiales de muy mala calidad desde el origen de la construcción.

Así que Miguel Ángel Mancera, exjefe de Gobierno, y que trae un pleito comprado con Marcelo por la misma Línea 12, ya puede empezar a tronarse los dedos, porque si cae Tungüí, seguro que quien seguirá en la mira es él. Su grado de culpabilidad en la tragedia, se reduce a lo que cante su excomisionado para la reconstrucción.

Todo esto, por supuesto, es un juego político en el que las víctimas -como siempre- son las que menos importan, las familias de los heridos y los muertos por el desplome de dos carros del convoy serán indemnizados, cómo si eso resolviera el problema. Al final a los políticos lo único que les importa es salvar el pellejo.

En el baúl. Marginados, así han quedado los habitantes de la zona sur-oriente de la capital tras el colapso de la Línea 12, los traslados volvieron a contarse en horas y el tránsito y la inseguridad siguen siendo las pesadillas de todos los días.