Gabriel Morales Sod

La guerra no es sólo entre Israel y Hamas

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El conflicto palestino-israelí es inmensamente complejo y, por lo tanto, la tendencia natural de muchos es tratar de entender la actual guerra entre Hamas e Israel exclusivamente en el contexto de la lucha de liberación palestina. Sin embargo, el enfrentamiento está inscrito en una dinámica de poder regional. Y sin entender esta dinámica es difícil poder formular una opinión objetiva no sólo sobre la guerra, sino sobre cómo podría solucionarse este conflicto.

Aunque aún no se sabe hasta qué punto Irán y Hezbolá, su aliado en Líbano, sabían los detalles de la operación de Hamas, el ataque fue un evento coordinado cuyo objetivo, lejos de ser la liberación palestina, era detener un posible acuerdo en Arabia Saudita, Estados Unidos e Israel que habría dejado a Irán aislado en el área. Parece improbable que Irán se incorpore directamente a la guerra, porque está actuando precisamente como lo hizo en los dos conflictos más sangrientos de Medio Oriente en los últimos años (las guerras civiles en Siria y Yemen): a través de sus aliados.

En estos momentos Israel se enfrenta a una guerra de múltiples flancos. En el norte Hezbolá, cuyas fuerzas tienen enormes recursos y experiencia militar (mataron a decenas de miles de personas en Siria en la última década), comenzó un ataque de baja intensidad hacia Israel.

Todas las comunidades y ciudades en la frontera, es decir, decenas de miles de personas, recibieron órdenes para evacuar el área. En el sur, el ataque de Hamas que dejó más de mil 300 muertos, la mayoría civiles, destruyó por completo decenas de comunidades en el área. Alrededor de 120 mil personas son ahora refugiadas en su propio país y no se espera que puedan regresar a sus comunidades en el próximo año. Desde más al sur, los hutíes en Yemen (en donde su guerra civil ha dejado ya 150 mil muertos) han disparado más de 20 misiles hacia territorio israelí, que fueron interceptados en el mar Rojo. Además, Israel ha recibido ataques con artillería desde Siria y, aunque improbable, existe la amenaza de un bombardeo iraní.

Es necesario entender este juego de poder, en donde Hamas (y no así la Autoridad Palestina que controla Cisjordania) ha forjado una alianza con el eje chiita (Irán, Hezbolá y los hutíes en Yemen), para forjar una opinión sobre la situación bélica. El objetivo de este eje no es la liberación palestina, propósito que parece estar más lejos que nunca, sino la destrucción de Israel. Hamas tenía claro que un ataque de tal envergadura, en donde 3 mil terroristas acribillaron a cientos de civiles a sangre fría, tendría costos terribles para la población civil en Gaza. Sin embargo, como lo han dicho sus líderes en una serie de entrevistas esta semana a medios árabes, éste es un costo que están dispuestos a pagar a cambio de miles de civiles israelíes muertos y desplazados, el fin del acuerdo de Estados Unidos con Arabia Saudita, una guerra multifrontal y la posibilidad de que la violencia escale y se convierta en una guerra regional.