Gabriel Morales Sod

En Israel comienzan las manifestaciones

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La entrevista al exjefe de las Fuerzas Armadas de Israel, y ahora miembro del parlamento, Gadi Eisenkot, la semana pasada, fue la gota que derramó el vaso. Tres días después del ataque de Hamas, el partido de centro de Eisenkot, liderado por Benny Gantz, se unió al Gobierno de Netanyahu, y ambos pasaron a ser parte del gabinete de guerra, que incluye al primer ministro y al ministro de Seguridad.

Por más de cien días, y a pesar de las diferencias que seguro tuvieron, ninguno de ellos expresó disenso públicamente. Sin embargo, la semana pasada Eisenkot no pudo callar más, y en horario estelar dejó claro al público israelí que Netanyahu ha puesto obstáculos a un posible trato para liberar a los más de 130 rehenes en Gaza, pues teme la caída de su Gobierno (la extrema derecha ha amenazado que dejará el Gobierno si Israel negocia un cese al fuego prolongado). La reacción del público fue inmediata, y el fin de semana pasado se escuchó claramente en las calles un llamado a elecciones, por primera vez desde que comenzó la guerra.

El día de ayer, miles de mujeres salieron a las calles a demandar un trato para liberar a los rehenes y las familias han instalado campamentos de protesta afuera de la casa de Netanyahu en Cesarea y de su residencia en Jerusalén. Las sospechas del público, además, se confirmaron cuando también el día de ayer, en un acto inusual, Qatar criticó públicamente a Netanyahu acusándolo de poner en peligro el proceso de negociación por avanzar sus intereses políticos personales. Este comentario fue una respuesta a las acusaciones de Netanyahu esta semana, frente a familias de los rehenes, hacia Qatar, insinuando que es el culpable del fracaso de las negociaciones.

La popularidad de Netanyahu está por los suelos. Su partido ha perdido más de la mitad de sus votantes y de celebrarse elecciones el día de hoy los partidos de la coalición sufrirían una apabullante derrota. Es precisamente por esto que el camino hacia una elección no será fácil, los partidos de la coalición saben que romperla implicaría un suicidio político. No obstante, si Israel no llega a un trato para la liberación de rehenes en las próximas semanas, la presión de las calles sólo aumentará. Tan sólo hace unos meses millones salieron a detener los intentos del Gobierno para acabar con la democracia israelí. La crisis económica, el trauma, el enojo, las muertes que se siguen acumulando, el fracaso de la respuesta del Gobierno y los rehenes que no regresan son la evidencia de que no faltan motivos para salir a las calles. Esta semana, con las primeras manifestaciones, se rompió el tabú.