Gabriel Morales Sod

Israel, a las urnas por quinta vez

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
Gabriel Morales Sod
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El martes de la próxima semana, Israel, hundido en la crisis política más profunda de su corta historia, irá por quinta vez en dos años a las urnas. Esta crisis sin precedentes tiene un único y exclusivo culpable, el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien, por quinta vez, decidió llevar al país a elecciones para tratar de obtener una mayoría parlamentaria que le otorgue inmunidad para salvarse de ser juzgado por corrupción y tráfico de influencias.

Cada una de las rondas electorales anteriores ha arrojado el mismo resultado, ni Netanyahu ni la oposición han conseguido ganar una mayoría que les permita formar un gobierno. El país se encuentra profundamente dividido ya no entre izquierda y derecha, términos que se han convertido casi en irrelevantes, sino entre los que buscan proteger al primer ministro y los que buscan a toda costa destituirlo.

Al principio del proceso electoral, Gideon Saar, miembro del partido de Netanyahu, sorprendió con la creación de un nuevo partido de derecha anunciando que, de ninguna manera, entraría en coalición con Netanyahu. Sin embargo, después de dos meses de campaña, la promesa de Saar resultó un fiasco, pasando en sólo dos meses de 19 a 9 mendatos. Netanyahu, quien jamás ha dudado en usar todo recurso a su alcance, sorprendió también con una campaña para traer votos de ciudadanos árabes al Likud –¡sí!, el mismo Netanyahu que en 2015, el día de la elección, salió en un famoso video a rogar a sus electores salir a votar para contrarrestar las “hordas de árabes que están votando”. Sin embargo, ni el ataque desde la derecha ni el giro cínico de Bibi lograron convencer a los votantes. De acuerdo a las últimas encuestas, los dos campos tienen cada uno 60 asientos, es decir, están en empate absoluto, un escenario que, de ser cierto, llevaría al país a elecciones por sexta vez. Parece ser que la polarización y los odios son tan profundos en la sociedad que es prácticamente imposible convencer a votantes de dejar su campo.

A diferencia de las elecciones anteriores, en donde Netanyahu se enfrentó cara a cara a Benny Gantz, en esta ocasión se enfrentará no a un enemigo claro, sino a muchos partidos pequeños. Entre ellos, tres partidos, Meretz, la izquierda de Israel, Gantz, que en tan sólo un año perdió 90 por ciento de sus votantes, y el partido de ultraderecha, que se encuentran al límite de de-saparecer. El destino de éstos marcará el futuro del país. Si Meretz y Gantz logran obtener el registro, Netanyahu estará en verdadero peligro. Si alguno de ellos falla, es probable que Bibi obtenga el asiento número 61, ése que le otorgará inmunidad ante la ley y pondrá fin de facto a la democracia israelí.