Gabriel Morales Sod

Pelosi, en Taiwán

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La visita de Nancy Pelosi a Taiwán ocurre en uno de los momentos más tensos de la relación China-Estados Unidos en las últimas tres décadas. Si bien Pelosi no es la primera presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en viajar a la isla (el republicano Newt Gingrich fue a Taiwán como parte de su gira en Asia en 1997), su visita sin duda representa un parteaguas y pretende mandar un fuerte mensaje de Washington a Beijing.

Después de la crisis del estrecho de Taiwán en 1995-1996, cuando el presidente Clinton terminó desplegando dos barcos del ejército estadounidense en el área para disuadir a China de invadir la isla, ambas potencias entraron en una especie de detente. Este delicado equilibrio, que sirvió para garantizar la democracia taiwanesa por ya casi tres décadas, comenzó a resquebrajarse en los últimos años, después de la reelección de Xi Jinping como líder chino.

Como parte de su estrategia para consolidarse en el poder y buscar la reelección por tercera vez, el líder chino sorprendió al mundo reprimiendo las manifestaciones prodemocracia en Hong Kong e interviniendo directamente para suprimir a la oposición en este territorio y consolidar el poder de China. El fin del statu quo en Hong Kong, que permitiera una relativa independencia de este territorio desde el fin del mandato británico, sonó las alarmas en Taiwán, país que China considera como parte de su territorio. Sin embargo, a diferencia de Hong Kong, Taiwán no solamente es un país independiente, sino que en las últimas décadas se ha convertido en una potencia económica y militar; una invasión china, hasta hace un par de meses, parecía sumamente improbable. Sin embargo, la invasión rusa en Ucrania, con el apoyo chino, cambió radicalmente las reglas del juego del poder internacional y Taiwán comenzó a prepararse para resistir una probable invasión china. El fracaso ruso en Ucrania parece haber reducido esa posibilidad. No obstante, esta semana el ejército chino realizará una serie de ejercicios militares –los más agresivos de las últimas tres décadas— alrededor de la isla y a sólo 10 millas de territorio taiwanés.

La visita de Pelosi ha generado reacciones opuestas en Estados Unidos. Mientras algunos argumentan que es una peligrosa provocación que podría causar un enfrentamiento entre las potencias, en momentos en que Estados Unidos debería estar concentrado en detener el avance ruso en Ucrania, otros sugieren que la visita era necesaria para mostrar el compromiso estadounidense con la independencia taiwanesa de cara a la agresión china. Lo que queda claro es que, después de que las tropas rusas cruzaran las fronteras de Europa, el mundo entró en una difícil coyuntura geopolítica con altos niveles de incertidumbre.