¿Guerra en 2022?

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las imágenes parecen inverosímiles. Tanques y soldados, en pleno 2022, comenzaron a desplazarse desde Rusia para ocupar la región de Donbás en Ucrania, iniciando lo que podría ser el conflicto armado más importante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Es posible que el embate ruso se detenga en estas provincias y, aunque improbable, que las potencias occidentales lleguen a un acuerdo con Moscú que detenga la expansión rusa hacia otras partes de Ucrania.

Sin embargo, las imágenes de 150,000 soldados rusos, rodeando a Ucrania por el este y el norte, han puesto ya en entredicho uno de los principios básicos que garantizaron la paz de la posguerra: la desaparición de las guerras de conquista. Esta violación a un acuerdo implícito que volvió ilegítimas e improbables las anexiones militares de territorio pone en peligro el balance de poder internacional y augura una época negra para nuestro planeta. Si Rusia logra anexar estas provincias e incluso invadir Ucrania en su totalidad, esto dará una señal a otros actores internacionales, en particular China, de que el viejo orden ha desaparecido.

En 1991, Saddam Hussein sorprendió al mundo cuando decidió invadir y ocupar Kuwait. La respuesta de las potencias occidentales fue contundente y pronto las tropas de Hussein saldrían de Kuwait derrotadas por una coalición internacional. Muchos vieron el intento de Saddam como un resquicio del viejo régimen internacional, pues, con esta excepción, la mayoría de las anexiones militares desde 1945 fueron poco violentas, y los territorios que distintos países anexaron relativamente pequeños —por ejemplo la anexión de la isla de Timor a Indonesia—, las disputas fronterizas entre China e India, India y Pakistán y la guerra de las Malvinas. Las invasiones de Estados Unidos en Irak y Afganistán (entre otras), aunque extremadamente violentas, no fueron guerras de anexión.

Los primeros indicios de que el balance conseguido podría resquebrajarse los vimos recientemente con la anexión de Crimea. Sin embargo, como fue el caso de casi todas las guerras de conquista en las últimas décadas, se trató de un territorio pequeño y una anexión sin violencia.

Es aún temprano para entender las consecuencias de la ocupación rusa en el este de Ucrania para el equilibrio internacional. Mucho dependerá de lo que suceda en los próximos días. Si Putin decide detener la expansión rusa, el tenue equilibrio de hoy en día podrá seguir, aunque con dificultades, en pie. Sin embargo, si los tanques rusos siguen avanzando hacia Kiev, y Putin consigue su objetivo sin mayores consecuencias, las alarmas comenzarán a sonar no sólo en otros países de Europa del Este en la esfera de influencia rusa, sino en el Este asiático, particularmente en Taiwán.