Juan O’Donojú

TEATRO DE SOMBRAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Entre los héroes de la Guerra de Independencia de México hubo unos cuantos españoles. Uno de ellos fue Francisco Javier Mina, gallardo militar vasco que vino a México para luchar y morir por nuestra libertad. Otro, a quien recordaré en este artículo, fue Don Juan O’Donojú, insigne militar andaluz que vino a gobernar la Nueva España en 1821. En vez de combatir al Ejército Trigarante, O’Donojú dio por buena la independencia mexicana con los Tratados de Córdoba, ordenó a las tropas realistas que abandonaran sus plazas para evitar un baño de sangre e incluso formó parte de la regencia del Imperio.

Por desgracia, O’Donojú murió el 8 de octubre de 1821, pocos días después de que hubiera entrado triunfalmente a la Ciudad de México, junto con Iturbide y Guerrero.

¿Qué hace a O’Donojú héroe de la historia de México? Una respuesta rápida es que adoptó la causa mexicana. Otra respuesta, más meditada, es que fue un hombre que actuó movido por su conciencia y de acuerdo con sus valores.

O’Donojú no recibió la orden de pactar la independencia de México. Hay que recordar que España reconoció la independencia de México hasta 1836, con los Tratados de Santa María-Calatrava. En 1821 la corona española no aceptó los Tratados de Córdoba y obstaculizó el reconocimiento de la independencia de México por parte de otras naciones. Por ejemplo, España ejerció una fuerte presión al Vaticano para que no nombrara obispos en México. De nada sirvió que México declarara la religión católica como oficial. No fue sino hasta 1831 que el Papa Gregorio XVI nombró obispos en México sin la autorización de España. Tampoco está de más recordar que hubo tropas españolas atrincheradas en territorio nacional —en la fortaleza de San Juan de Ulúa— hasta 1825. Y, por último, que en 1829 el rey Fernando VII ordenó al General Isidro Barradas que reconquistara México. Las tropas invasoras fueron derrotadas en Tampico por Antonio López de Santa Anna, con lo que se volvió a ganar la independencia de España.

¿Fue O’Donojú un traidor a España? Allá se le trató como tal. Pero me parece que el asunto debería verse de otra manera. Don Juan no fue un traidor a España. Traicionar a España hubiera sido insistir en preservar algo que ya estaba perdido, en dejar que la sangre se derramara de manera gratuita, en hacer más grande la distancia entre mexicanos y españoles, en dejarse llevar por una obstinación ciega. Juan O’Donojú fue un visionario: entendió que lo mejor para España —lo mejor en todos los aspectos, históricos, morales, políticos y económicos— era aceptar la independencia y participar de inmediato en la construcción de nuevo espacio iberoamericano.

Don Juan O’Donojú no hizo más pequeña a España cuando firmó los Tratados de Córdoba. Todo lo contrario: la hizo más grande, más noble, más magnánima.