Guillermo Hurtado

México y la Santa Sede

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Guillermo Hurtado
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El 21 de septiembre de 1992, hace casi treinta años, México y el Vaticano reestablecieron relaciones diplomáticas. Este feliz acontecimiento marcó el fin de un largo conflicto entre el Estado mexicano y la Iglesia católica. El suceso diplomático no puede entenderse aisladamente, sino que debe verse como el corolario de un complejo proceso de reajuste político. Como sabemos, este proceso tuvo su momento definitorio en la reforma constitucional del 28 de enero de 1992.

Vista a la distancia, podemos asegurar que la reforma de 1992 no vulneró la separación entre el Estado y la Iglesia católica, por el contrario, la hizo más concreta, ya que marcó con mayor claridad los campos de acción de cada entidad. Por lo mismo, podría decirse que, en 1992, el Estado laico mexicano no se debilitó, sino que adquirió mayor consistencia. Es más, podría decirse que, sin aquellas reformas constitucionales, México difícilmente hubiera podido avanzar, años después, hacia una democracia más abierta. Ningún régimen, abiertamente anticlerical, puede ser genuinamente democrático, sobre todo, si la enorme mayoría de su población pertenece a la iglesia acosada.

Para conmemorar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y el Vaticano, hoy martes 26 de abril se llevará a cabo una ceremonia en el Palacio de la Escuela de Medicina de la UNAM.

El evento, que contará con la presencia de diversas autoridades civiles y eclesiásticas, constará de dos momentos. En el primero, de carácter protocolario, intervendrán, entre otros, el Canciller Marcelo Ebrard y el Cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede. En este momento se firmará una carta de intención entre la Facultad de Medicina de la UNAM y la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano en relación con el extraordinario Códice Cruz-Badiano, el documento médico más antiguo escrito en América y que fue devuelto a México por el papa Juan Pablo II en 1990.

El segundo momento del evento tendrá un perfil académico y participarán en él la Dra. María Luisa Aspe, el Dr. Raúl González Schmal y quien esto escribe. En esas tres conferencias se examinarán los temas de la laicidad, la libertad religiosa y la separación entre la Iglesia y el Estado desde las perspectivas de la historia, el derecho y la filosofía.

En medio de las profundas divisiones que amenazan a nuestra convivencia planetaria, la sólida amistad entre México y el Vaticano ha de tomarse como un acto de esperanza para el futuro. Eso no significa que olvidemos los avatares de nuestra historia o que ignoremos las leyes vigentes que brindan el marco para esa relación, sino que, por encima de ellas, podamos mirar hacia delante para el bien nuestro y de la humanidad entera.