Ochenta años de Carlos Pereda

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Guillermo Hurtado
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El filósofo Carlos Pereda cumplió ochenta años hace unos días. La feliz ocasión será celebrada en dos homenajes que se llevarán a cabo en el Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de la UACM y en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM. El primero se realizará el miércoles 10 de abril en el Aula Magna del Plantel del Valle de aquella universidad. Entre los participantes de este evento estarán Julieta Marcone, Concepción Delgado, Sergio Ortiz Leroux, Ángel Sermeño, Arturo Santiilana. En este encuentro también se presentará el libro El ensayo filosófico, político y cultural de Carlos Pereda, publicado por Gedisa, en el que se reúnen trabajos críticos en torno al filósofo.

Del 24 al 26 de abril se realizará el homenaje en el Instituto de Investigaciones Filosóficas en el que participarán veinticuatro ponentes que hablarán de las distintas facetas de la obra de Carlos Pereda. Entre los ponentes, provenientes de diversos países y universidades, están María Pía Lara, Virginia Aspe, Paulette Dieterlen, Olbeth Hansberg, Efraín Lazos, Gustavo Leyva, Miguel Ángel Fernández y Pedro Stepanenko. Cabe recordar que hace once años se le hizo otro homenaje a Pereda en ese Instituto, del cual él es ahora investigador emérito. En aquella ocasión se publicó un libro con el título Normatividad y argumentación: Carlos Pereda y sus críticos, publicado por la UNAM en 2013. El impacto de Pereda en la filosofía iberoamericana en su conjunto, es incuestionable. Nos encontramos, sin duda, ante uno de los filósofos hispanoparlantes más destacados de la actualidad.

Conozco a Pereda desde hace muchos años. No fui su alumno durante mi formación académica, pero desde 1991 he conversado incansablemente con él acerca de todos los temas de la filosofía, habidos y por haber. A lo largo de estos años he aprendido mucho de su rigor filosófico, su cultura enciclopédica, su talante razonable, su inteligencia ingeniosa

Aunque Pereda nació en el Uruguay se le puede considerar, con toda justicia, un filósofo mexicano. Aquí ha hecho toda su carrera académica, aquí ha publicado toda su obra y aquí también ha construido una extensa red de colegas con los que ha interactuado a lo largo de más de medio siglo. Por si fuera poco, aquí también ha reflexionado acerca de las debilidades y fortalezas de la filosofía mexicana e iberoamericana. Pereda ha publicado los siguientes libros: Debates (1987), Conversar es humano (1991), Razón e incertidumbre (1994), Vértigos argumentales (1994), Sueños de un vagabundo (1998), Crítica de la razón arrogante (1999), Los aprendizajes el exilio (2008), Sobre la confianza (2009), La filosofía en México en el siglo XX. Apuntes de un participante (2013), Patologías del juicio (2019), La libertad. Un panfleto civil (2020), Pensar a México. Entre otros reclamos (2021), Las culturas de la argumentación (2023). En estos libros, ha abordado los temas principales de la filosofía, desde la lógica hasta la estética, desde la epistemología hasta la ética.

Carlos Pereda y Guillermo Hurtado, en la Feria Internacional del Libro en 
Coyoacán, en abril de 2023.
Carlos Pereda y Guillermo Hurtado, en la Feria Internacional del Libro en Coyoacán, en abril de 2023.Foto: Especial

Cuando me descubro pensando como Pereda lo que hago es darme cuenta de que estoy reproduciendo ese método tan particular. Pensar como Pereda, más allá de las peculiaridades de su retórica, es pensar de una manera atenta, abierta, sutil, generosa, porosa, curiosa, tolerante, prudente, virtuosa y, sobre todo, profundamente humana. Me siento agradecido con Carlos Pereda por constatar que algunas de esas virtudes intelectuales se me han ido pegando, aunque sea un poquito, con el paso del tiempo

Conozco a Pereda desde hace muchos años. No fui su alumno durante mi formación académica, pero desde 1991 he conversado incansablemente con él acerca de todos los temas de la filosofía, habidos y por haber. A lo largo de estos años he aprendido mucho de su rigor filosófico, su cultura enciclopédica, su talante razonable, su inteligencia ingeniosa. Por eso puedo decir, que, aunque nunca fue mi maestro dentro del salón de clases, lo ha sido por fuera, en el día a día de nuestro diálogo. A veces, cuando doy clases o hago observaciones a otros colegas o escribo en la soledad de mi estudio, me descubro pensando como Pereda. ¿Qué quiere decir eso de “pensar como Pereda”? Si algo caracteriza la filosofía de Pereda es un estilo originalísimo que adopta ciertos giros y recursos inmediatamente reconocibles. Ese estilo, sin embargo, constituye un método en toda forma, es decir, una manera de aproximarse a las preguntas filosóficas. No estoy seguro de si podemos hablar de un sistema filosófico de Pereda, pero sí podemos hablar, con toda seguridad, de un método hecho y derecho. Por eso, cuando me descubro pensando como Pereda lo que hago es darme cuenta de que estoy reproduciendo ese método tan particular. Pensar como Pereda, más allá de las peculiaridades de su retórica, es pensar de una manera atenta, abierta, sutil, generosa, porosa, curiosa, tolerante, prudente, virtuosa y, sobre todo, profundamente humana. Me siento agradecido con Carlos Pereda por constatar que algunas de esas virtudes intelectuales se me han ido pegando, aunque sea un poquito, con el paso del tiempo. Por eso mismo, me siento honrado de considerarme uno más en la legión de sus discípulos.