Extradición de Assange, duro golpe a la libertad de expresión

DESDE EUROPA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El gobierno de Reino Unido aprobó arbitrariamente la extradición del activista Julian Assange a Estados Unidos, en donde la justicia de ese país pretende juzgarlo por 18 cargos, principalmente por espionaje.

Assange, fundador de la plataforma de divulgación de información WikiLeaks, que ha revelado abusos de guerra del gobierno estadounidense, principalmente de militares en Irak, Afganistán y Libia, está a punto de ser extraditado tras la decisión de tribunales y del gobierno británico, que argumentan que su traslado es en favor de la justicia sin importarles las violaciones a los derechos humanos.

El equipo de defensa del periodista tiene 14 días para apelar esta decisión judicial que parece inamovible. Desde WikiLeaks, los defensores de Assange tienen claro que harán todo lo posible para detener esta extradición, ya que aseguraron mediante un comunicado que esto es una lucha por la defensa de la libertad de expresión y libertad de prensa.

La defensa de Julian Assange ya plantea acercarse a la Corte Europea de Justicia para evitar su extradición, pero es un camino complicado porque los argumentos que debe presentar el equipo legal deben ser muy sólidos para poder cambiar la decisión de la Corte británica. También pueden optar por llevar el caso al Tribunal Supremo de Reino Unido, pero su fallo podría llevar a su extradición definitiva en tan sólo 28 días después de años de lucha.

El activista se encuentra recluido desde abril de 2019 en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en Londres, capital de Inglaterra. Cómo olvidar las imágenes de la detención de Assange cuando es capturado en la embajada de Ecuador y es sacado a rastras para trasladarlo a prisión.

Sabedor de lo que le podría ocurrir por revelar la información que sus fuentes militares le proporcionaban confidencialmente, Assange decidió darla a conocer al mundo como un acto de lucha por la libertad y el derecho de la población a conocer la verdad; sin embargo, parece inevitable que el gobierno de Biden finalmente tomará venganza contra alguien que se atrevió a desafiar al imperio y policía del mundo.

Estados Unidos por su parte no ha parado esta cacería contra el activista de nacionalidad australiana tras publicar miles de archivos clasificados en 2010. Vivir sin libertad no es vivir, y así lo confirma el estado de salud muy dañado del también programador que mantiene la esperanza de recuperar su preciado tesoro como es la libertad.

Ahora Assange podría enfrentar una absurda y cruel condena de hasta 175 años de prisión si la justicia de EU lo declara culpable de los 18 cargos que se le imputan. Son pocos los gobiernos en el mundo que se han manifestado para frenar esta situación. Desde México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha pedido la liberación del periodista y ha ofrecido asilo político ante lo que definió como un “acto vergonzoso” por el trato que se la ha dado a Assange, quien arriesgó su vida por dar a conocer información que revela actos de corrupción, delitos de gobierno y de la élite mundial. Contradictoriamente en México, los grandes grupos empresariales de medios de comunicación acusan al Presidente López Obrador de atacar la libertad de expresión, cuando es uno de los pocos mandatarios que se ha pronunciado en favor del periodista.

La lucha de Julian Assange es un ejemplo de valentía, disciplina y profesionalismo por rebelarse contra el sistema corrupto y abusivo de gobiernos poderosos que violan los derechos humanos y abusan de poder en contra de la humanidad.