Legisladores en defensa de empresas extranjeras

DESDE EUROPA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La imagen del lobista italiano Paolo Salerno sentado en una curul del Congreso al lado de la diputada del Partido de la Revolución Democrática Edna Díaz Acevedo muestra una realidad tan cínica que no hizo falta ocultar los verdaderos intereses detrás de los detractores de la Reforma Energética.

Es un descaro que un cabildero que defiende intereses económicos de empresas extranjeras ocupe un asiento del salón de sesiones de la Cámara de Diputados y los legisladores de la oposición lo justifiquen cínicamente, cuando su papel como “representantes del pueblo” es defender los intereses de la nación y de la sociedad mexicana.

Salerno se dice experto en energía y asesor de diputados en un momento en el que las empresas extranjeras están sumamente preocupadas por las decisiones que se están tomando en México para revertir los abusos que se cometían con contratos y negocios con gobiernos panistas y priistas. El cínico cabildero y su compinche diputada perredista planeaban la estrategia sobre la discusión sobre la Reforma Eléctrica en la Cámara de Diputados, en donde la coalición Va Por México, formada por PRI, PAN y PRD, rechaza defender los intereses de la población.

“Es una traición”, así lo calificó la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien cuestionó a esa coalición de partidos que de por sí parece un mal chiste al mezclar ideologías de ultraderecha, del centro y, supuestamente, también de izquierda. En realidad, estos diputados sólo representan a las grandes transnacionales, como lo sentenció la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Este escándalo, que debería indignar a todos los mexicanos, deja en claro cómo los intereses extranjeros, en este caso de Europa, pueden infiltrar sus tentáculos hasta los más altos niveles del poder político mexicano. Quien dude que hay empresas españolas o italianas muy interesadas en echar abajo la reforma a la ley de electricidad en defensa de sus intereses económicos sólo se engaña a sí mismo o simplemente tiene otros motivos perversos.

Para los que defienden el modelo actual del negocio energético que permite que empresas extranjeras moderen el mercado del sector eléctrico deberían investigar lo que está pasando en España, en donde las tarifas eléctricas están por las nubes y no hay quien pueda pagar esas deudas energéticas.

Éste no es el único caso de cabilderos que se inmiscuyen en las políticas públicas de un país en beneficio de empresas transnacionales. Está el caso de Odebrecht, el cual deja en claro cómo funciona la política mexicana cuando se mueve sólo a base de intereses económicos, aunque ello afecte a toda la población a la cual dice representar.