Jacqueline L'Hoist Tapia

Convoca a jóvenes diversos y les escucha

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Hace unos días vi el video del papa Francisco, se llama Amén, Francisco responde. El film es producido por Disney y realizado por los españoles Jordi Évole y Màrius Sánchez.

Han de saber que el Papa se reunió a conversar con jóvenes entre 20 y 25 años de edad y aborda temas como aborto legal, inmigración, casos de abuso sexual, pornografía, diversidad sexual, personas no binarias y discriminación, entre otros. El motivo de dicho encuentro está en el marco del sínodo, que es la asamblea donde se reúnen los obispos y laicos con el Papa y hay un diálogo, por un lado, para analizar los trabajos y por otro, buscar acciones pastorales. En este contexto es que el Papa convocó a la Iglesia a una experiencia de “sinodalidad”, en la que escucha a las personas y realiza una nueva forma de experiencia al diálogo.

Señalaré tres aspectos que me parecieron importantes. Primero, reconocer que jamás un Papa se había reunido a conversar con personas jóvenes, sin adultos de por medio que coordinaran el diálogo. Segundo, que las personas jóvenes fueran diversas (en creencias, en origen, diversidad sexual y de género), y que mayoritariamente fueran mujeres. Tercero, la escucha, es decir, aunque fue convocado un diálogo, hay momentos largos en donde el Papa oye las conversaciones paralelas que se dan.

En esta entrevista que jóvenes le hacen al papa Francisco, podemos apreciar que la imagen de la Iglesia como institución no anda muy bien parada, destaco conversaciones que por su fortaleza y claridad al exponerlas, resumen muy bien esta “sinodalidad”. Por ejemplo, cuando le explicaron por qué las mujeres abortaban, le pidieron que eliminara el discurso de que son mujeres insensibles y que usan la interrupción del embarazo como método anticonceptivo, se le dijo que hay una realidad y un contexto. Al hablar sobre el tema, el Papa mencionó que Jesucristo ama a todas las personas, a pesar de sus pecados, este comentario causó confusión entre las y los jóvenes, ya que en el centro está, precisamente, que se deje de ver como un pecado. Otro momento fue la conversación alrededor de la pornografía y cómo quien lo exponía hablaba de que para ella era “una fuente de trabajo digna”, que incluso la liberaba al reconocer y amar su cuerpo sin miedo y sin pena. Por supuesto el hecho que cimbra a la Iglesia, la pederastia, un participante expuso frente al mundo que fue abusado sexualmente, fue la declaración más fuerte y confrontativa.

Sería ingenuo y torpe, pensar que este diálogo motivaría a que la Iglesia se modificara, lo que me pareció que si pasó fue precisamente el intercambio de pensamientos con creyentes y no creyentes, y la capacidad y voluntad de reunirse y darse la oportunidad de conocer de viva voz los argumentos, motivos y sentimientos de quienes ahí estaban.

Hoy, no por eso la Iglesia será mejor, pero sí manda un mensaje; el diálogo es posible y sobre todo con personas jóvenes, y que, si quieres saber lo que piensan, no las intérpretes, reúnete con ellas, y esto, hoy el papa Francisco fue lo que hizo y lo logró bastante bien.