Jacqueline L'Hoist Tapia

Noche de brujas

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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A lo largo de la historia, no ha habido demostración más evidente de la violencia patriarcal que la cacería y el asesinato de brujas, que tuvo lugar mayormente en Europa entre los siglos XIV y XVIII. Lo que se sabía en ese entonces era que existían personas que no creían en el Dios de la Iglesia católica, creían en otros dioses y tenían poderes sobrenaturales como curar a personas de enfermedades y, por lo tanto, eran consideradas paganas y perseguidas fuertemente para garantizar su extinción.

Como bien me explica Alejandra Rivera García, hoy sabemos que durante esa época, en la Europa occidental, existían personas que conservaban creencias y prácticas religiosas de la cultura celta, la cual tuvo lugar aproximadamente en el año 500 a.C., por lo que miles de mujeres tenían acceso al estudio de disciplinas como la herbolaria, y con eso practicaban abortos, establecían métodos anticonceptivos naturales, al mismo tiempo que curaban a personas y animales. Para la iglesias y los gobiernos monárquicos de Europa, eso era impensable, por lo que reyes como Jacobo VI de Escocia, llegaron a establecer mandatos para incentivar la caza de mujeres, sospechosas de ser brujas, e incluso recomendaban el uso de la tortura para obtener confesiones. De acuerdo con investigaciones recientes, se tiene un registro de aproximadamente 80,000 juicios por brujería, donde la gran mayoría eran mujeres, de estas 80,000 personas, cerca de la mitad fueron ejecutadas, ya sea quemadas en la hoguera o ahorcadas. Estamos hablando de un genocidio que afectó en gran escala a mujeres inocentes, que fueron asesinadas por no encajar en el estereotipo de mujer que se tenía en esa época.

Lo que hoy también sabemos es que los asesinatos de mujeres siguen ocurriendo, la violencia de género sigue siendo la misma, he incluso ha tomado diferentes formas y ha pasado de quemarnos en leña verde, que por cierto era una muerte terrible, pues la leña verde arde más lento y, por tanto, la tortura de morir quemada se prolongaba más y muchas veces las mujeres morían primero por asfixia y ataque cardíaco debido al humo, a ser quemadas por ácido, convertido desafortunadamente en una forma de violentarlas. La Secretaría de Salud registró 47 casos en el primer bimestre de 2022, el 85% de los casos, fueron llevados a cabo por hombres, y lo más doloroso es que el 96 por ciento de los casos han quedado impunes, y sólo 7 de las 32 entidades federativas han tipificado las conductas en sus códigos.

Los datos de este 25 de octubre por el SESNSP nos dicen que en lo que va del año han habido 695 feminicidios, además 2,136 por homicidio doloso. Es decir, 11 mujeres asesinadas al día, todo esto a pesar de los avances y las batallas ganadas por el feminismo al día de hoy, los resabios de estos tiempos oscuros persisten y quedan en la memoria de muchas.

Como bien dicen, la humanidad siempre les ha tenido miedo a las mujeres que vuelan, ya sea por brujas o por libres.