Javier Solórzano Zinser

La ASF le da parque al Presidente

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
Por:

Todo indica que en esta ocasión los “otros datos” del Presidente son los correctos.

 La Auditoría Superior de la Federación, ASF, le acabó dando la razón al mandatario y en el camino reconoció a la Secretaría de la Función Pública, SFP, a la cual había señalado por su falta de apertura para dar a conocer la información que está bajo su responsabilidad.

La Auditoría está en el centro del lío, porque el Presidente la señaló argumentando que le da elementos a sus “adversarios”. Si de por sí hay una mirada tajantemente crítica hacia todo lo que tiene que ver con organismos autónomos por parte del tabasqueño, con el informe de la Auditoría le dieron  parque del bueno para sus críticas.

La ASF entró en el peor de los terrenos en que puede estar, el de su credibilidad.

A estas alturas poco importa el informe en su conjunto, porque el hecho de que haya tenido que rectificar sobre los costos de cancelación del aeropuerto de Texcoco le da al Presidente la razón en un tema que le es particularmente importante, al tiempo que le da parque del bueno para continuar con su severa crítica hacia los organismos autónomos o externos al gobierno.

El estratégico y relevante trabajo de la Auditoría ha sido colocado en entredicho. La importancia que tienen las auditorías para vigilar el uso óptimo de los presupuestos es un ejercicio de rendición de cuentas y transparencia.

La ASF ha quedado en medio de un debate en donde poco esté importando que haya observaciones relevantes en otras áreas del gobierno, todo se está remitiendo al tema del aeropuerto y al de la SFP.

La Auditoría está en problemas no sólo por quedar expuesta, sino porque detrás de su trabajo de muchos años, por el cual ha ganado buena fama, está entrando en los peligrosos terrenos de la desacreditación. La ASF obliga a las dependencias a hacer una revisión severa y autocrítica respecto a la forma en que manejan los dineros del presupuesto, lo cual es una tarea fundamental en un país como el nuestro.

La argumentación sobre la diferencia de los costos sobre la cancelación del aeropuerto no acaba quedando claro si se debió a un “uso de metodologías distintas”, o si los dichos del Presidente terminó por intimidar y echarlos para atrás. El titular de la ASF nos decía que “le preocupaba” que el Presidente haya dicho que tiene “otros datos”.

No quedó claro si se refería a la crítica que puede haber detrás de las afirmaciones presidenciales, o si tenía que ver con “inconsistencias” en las investigaciones sobre la cancelación.

No pasa por alto el enorme trabajo que tiene la Auditoría; sin embargo, se presume que está integrada por personas preparadas y capaces que saben qué hacer. El auditor no es nuevo en estos menesteres, tiene experiencia en la materia en el Gobierno federal y en el de Oaxaca.

Lo que viene es delicado y de riesgo. Si la ASF no logra revertir la imagen desigual que empieza a crecer en su entorno, el problema estará en la función que cumple. Va a ser desacreditada y no hay que perder de vista que más de alguno está empeñado en ello.

Habrá quien quiera que el gobierno termine por auditarse a sí mismo, lo cual va a impedir que un instrumento externo lleve a cabo la revisión, rendición de cuentas y transparencia que permite que organizaciones externas puedan investigar el uso de los presupuestos oficiales.

Lo que está pasando con el informe de la ASF es que quiere ser utilizado para poner en evidencia los instrumentos externos al gobierno. En la ASF deberán entender que por ahora lo que se alcanza a apreciar es que un trabajo tan importante tiene evidentes inconsistencias, y que en el camino le dieron parque del bueno al Presidente.

RESQUICIOS

Ya quedó claro en Diputados que la reforma eléctrica, a la cual “no se le debe cambiar ni una coma”, va porque va. Se vienen un sinfín de interminables problemas legales e incertidumbre para la industria; ya se vio que va porque va, aunque esté cargada de incertidumbre.