Javier Solórzano Zinser

Una cerrazón inexplicable

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
Por:

Por más que día con día se esmeren en contarnos las bondades de la estrategia ante el coronavirus algo no se está haciendo del todo bien. El número de personas contagiadas y fallecidas es alarmante.

 Una de las sentencias del vocero terminó por cumplirse. Planteó que de llegar a la cifra de 60 mil personas muertas sería una “catástrofe”. El tiempo lo atrapó, hay más de 65 mil fallecidos y más de 600 mil contagiados.

Lo que está pasando debiera obligar al Gobierno a revisar su estrategia sin andar buscando enemigos ni detractores. Uno de los problemas más serios que tiene el manejo de la pandemia es que hay una ausencia de autocrítica, muy parecido a todo lo que el Gobierno ha desarrollado en estos casi dos años.

Dicho de otra manera, estamos en un escenario similar al que se presenta en diversas áreas de la gestión gubernamental, es lo mismo que pasa con el Covid-19.

Al Gobierno pareciera no importarle los sensatos y fundamentados planteamientos que han establecido un conjunto de científicos cuyo reconocimiento alcanza al mundo.

Varios de ellos, señaladamente el doctor Raúl Rojas, en Berlín, el doctor Alejandro Frank, de la UNAM, y el senador por Morena, el doctor Miguel Ángel Navarro, han insistido en la importancia de lo que llaman “un alto en el camino” o establecer una “tregua” para revisar el estado de las cosas.

Nadie de ellos se está lanzando a la yugular. Más bien lo que prevalece es un sentido de colaboración no sólo de ellos, sino de muchos otros científicos con quienes hemos conversado a lo largo de todos estos meses. Lo que quieren y proponen es “estar todos juntos y ver hacia adelante… lo que pasó ya pasó, urge enfrentar el futuro de manera distinta a como lo hemos hecho hasta ahora”.

Lo que subyace en ellas y ellos es una genuina preocupación en función de cómo se está precipitando la crisis, porque empieza a ser evidente que con las actuales estrategias y formas en que se está abordando la pandemia no existen indicadores firmes que demuestren que lo que se está haciendo pudiera en los hechos contenerla, el discurso ha sido alcanzado por la terca realidad.

Lo que más preocupa es que pareciera que ante el coronavirus el Gobierno ha optado por administrarlo más que por atacarlo. Los pronósticos más positivos colocan a la pandemia como un virus que no sólo seguirá entre nosotros, sino que además nos va a seguir atacando. Organismos internacionales, para no citar a nuestros especialistas a los que lamentablemente no toman en cuenta, han dicho en innumerables ocasiones que la pandemia va para largo.

Las dudas se han convertido en una constante. Una de ellas es si con la actual estrategia se está al menos atemperando el estado de las cosas. Un ejemplo, ¿se puede seguir definiendo el estado de las cosas a través del conteo de camas ocupadas cuando muchas personas están inquietas de ir a los hospitales por el temor a ser contagiadas? ¿Esta bendición es un mecanismo efectivo para saber lo que está pasando?

El doctor Alejandro Frank nos planteó una serie de medidas de enorme utilidad. 1. El uso de cubrebocas es necesario. 2. Hacer pruebas cambia las cosas. 3. Los científicos mexicanos están “superdispuestos” a colaborar,  “desde ya”. 4. Una mejor contabilidad es una prioridad inmediata. 5. Cofepris ha sido muy lenta en aprobar los muchos modelos de ventiladores que se han hecho en México. 6. Es fundamental crear apps para tener un mejor seguimiento, los ciudadanos podrían ofrecer información en tiempo real.

Es un enigma el porqué de la cerrazón del Gobierno en no escuchar o atender la voz de los muy reconocidos especialistas mexicanos en un momento tan grave, inédito y de evidente crisis; su conocimiento es una alternativa.

RESQUICIOS.

Qué conste. Le preguntamos a Dulce María Sauri Riancho si el Presidente había intervenido en su nombramiento: “Ojalá me reconozca sería muy positivo para mí, nos conocimos cuando yo era de las juventudes priistas en Yucatán y él de las de Tabasco”.