Javier Solórzano Zinser

Migración, viendo desde la tribuna

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano Zinser
Por:

No basta sólo con la voluntad de Joe Biden para alcanzar una reforma migratoria. 

Las mafias que rodean a la migración son parte central del problema para México y EU. El flujo de personas nos va a acompañar por siempre, el reto es cómo instrumentarlo y cómo lograr que en medio de ello se establezca un auténtico respeto a los derechos humanos y al derecho a migrar.

Los motivos que tienen miles de personas para intentar llegar a EU pasan por necesidades apremiantes y de vida. No obedecen a caprichos o algo parecido, tiene que ver con razones económicas, sociales y políticas, las cuales tenemos que recordar una y otra vez.

Se migra como respuesta ante la vida de cientos de miles de personas que están en vilo. No es sencillo dejar a la familia, a los cercanos y a un conjunto de hábitos y costumbres con las que se ha vivido. Por más que esto se haya dicho no se debe soslayar, porque en muchas ocasiones las autoridades de los países que tienen que ver con la migración se vuelven insensibles, violentos y corruptos con los migrantes.

Poco o nada les resulta que la migración sea sinónimo de peligro desde su lugar de origen hasta su destino. Cada vez son más los casos en los que los migrantes huyen por razones políticas. Saben lo que les espera y están dispuestos a todo.

Pasar por México significa la vida o la muerte. Están expuestos a las autoridades migratorias y a las bandas que son, paradójicamente, la “esperanza” de llegar a EU después de soltar altas cantidades de dinero para su economía personal, al tiempo que quedan expuestos a lo que los “polleros” decidan.

Si éstos encuentran algún problema en la ruta se echan a correr dejando a los migrantes a la intemperie, no les importa que vayan mujeres y niños en el viaje. No hay manera de que las autoridades de los países involucrados no sepan lo que pasa, la mayor crítica que merecen los gobiernos es la pasividad y complicidad.

El escenario bajo el cual estamos es de “enorme complejidad”, nos dice Tonatiuh Guillén. Es una coyuntura con un gran movimiento de personas a lo que hay que agregar que muchos mexicanos están migrando hacia EU, a diferencia de lo que había pasado en los últimos años.

Lo que está siendo evidente es que el Gobierno mexicano está de nuevo endureciendo su política migratoria, desde 2019 se ha venido alineando con Washington. Donald Trump quería construir un muro, hablaba mal de los migrantes mientras que desde acá se optaba por el silencio.

Una salida colateral podría ser que México y Canadá se asumieran como países refugio. Es importante colocar en la fórmula a los canadienses, porque forman parte del T-MEC y porque el problema los puede terminar por alcanzar.

En lo que prepara el terreno, EU está tomando decisiones delicadas y forzadas. Se asegura que a muchos migrantes que entraron por Texas, los están deportando por California, con todo lo que esto repercute entre ellos.

No es nada sencillo regularizar a más de 11 millones de migrantes. De alguna manera EU está pidiendo tiempo pero en el proceso está expulsando migrantes los cuales quedan varados en la frontera norte al tiempo que México cierra su frontera sur.

Estamos jugando el papel de contener sin la plena certeza de que la reforma migratoria de Biden pueda alcanzar sus objetivos, y de alguna manera estamos viendo el partido que también es nuestro desde la tribuna.

RESQUICIOS

Conversamos con el académico Darío Ibarra de la FES-Aragón de la UNAM, sobre el Día Mundial del Agua.

Lo que tenemos que hacer los ciudadanos, nos dice, es es cerrar las llaves del agua. Debemos usar sólo la que necesitamos. Tenemos que cuidarla si queremos tener agua en 20 años. Va a ser difícil hacerlo mientras no cambien las condiciones de vida. Sumemos la pésima estrategia de riego en ciudades y campo; vamos a una crisis. El agua tiene un costo y hay que pagarla, según la economía de los ciudadanos.