Javier Solórzano Zinser

Es "propaganda" y algo más

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Javier Solórzano Zinser
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Con la dinámica social y política que se vive en EU, siempre es importante para un país como el nuestro estar atento a todo lo que se dice y se hace sin importar quién se encarga de imponer u opinar.

La sociedad estadounidense está cada vez más dividida en tiempos en que ha aparecido con mayor fuerza la llamada “América Profunda”, ubicada fundamentalmente en la zona centro del país, la cual se distingue por su conservadurismo y racismo, Trump se encargó de echarla a andar aún más.

El triunfo de Biden resultó bajo este escenario mucho más importante de lo que parece, por momentos da la impresión de que el gobierno mexicano no hizo una lectura precisa de ello. Fue más condescendiente con Trump de lo que es ahora con Biden.

EU tiene desde hace meses echado a andar su proceso electoral del 24. México muy, probablemente, va a ser un actor importante en el proceso, porque se han ido sumando diferentes incidentes que han llamado la atención de la clase política y en muchos casos de los especialistas que son influyentes a través de sus artículos, estudios y opiniones.

El secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros se suma al estado de las cosas. El asunto es de la mayor atención desde donde se le vea. Desde 2001 hay algo así como una regla con consensos internacionales que plantea que en cualquier lugar donde se secuestre un estadounidense intervendrá el FBI, lo que puede significar incluso su participación en la búsqueda de los ciudadanos junto con las autoridades locales.

El asunto ya ha tenido un reclamo del gobierno de Biden, lo cual seguramente alentará a más voces para señalar a México en los temas de seguridad y narcotráfico. En esta materia ya son varias las ocasiones en que aparecen voces que piden que se coloque a los narcotraficantes como terroristas.

Algo tiene de razón el Presidente cuando se refiere a este asunto como “propaganda” e incluso electorero. Sin embargo, no se puede pasar por alto que con lo que ha pasado en los últimos años en la relación bilateral, lo que incluye entre otros asuntos el caso García Luna, el irrefrenable consumo de drogas en EU, la preocupación que causó la forma en que se desarrolló el “Culiacanazo”, e incluso el saludo comedido del Presidente a la mamá de El Chapo Guzmán, van sumando escenarios a los cuales se les da todo tipo de interpretaciones y más en un momento como el que se vive en EU.

A nadie le pasa por alto el espíritu que prevalece entre amplios sectores estadounidenses marcados por el intervencionismo como un muy cuestionado mecanismo de relación con el mundo. La historia entre nuestros países tiene diversos momentos delicados, algunos de ellos profundamente graves, los cuales han dejado una profunda huella en nuestra historia que no se olvidan y por lo que siempre es importante estar atento a cualquier circunstancia.

El Presidente se está moviendo bajo estas referencias con razón. A pesar de ello se tiene que atender de manera muy puntual lo que está pasando con la relación bilateral y lo que está significando en la dinámica interna, la cual no sólo apunta hacia los terrenos propagandísticos como ha referido.

No se trata solamente de que lo publique o no “un influyente diario” para atender las opiniones y críticas al país, lo importante está en lo que va prevaleciendo en el imaginario colectivo de una sociedad que no se distingue por ver más allá de sus fronteras de no ser que haya una afectación directa.

La idea que va permeando es que nos estamos convirtiendo en un problema, el cual va acompañado de los típicos lugares comunes, para los estadounidenses, lo cual pasa de manera directa por el gobierno.

En EU pueden ser capaces de cualquier acción intimidatoria e incluso irresponsable, somos sus vecinos y les somos apetitosos.

RESQUICIOS.

A lo que anda presentándose con EU sumemos las quejas laborales y el tema del maíz transgénico, todo ello con el marco del  T-MEC.