¿Vale la pena?

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
Javier Solórzano ZinserLa Razón de México
Por:

Es demasiado lo que Morena y el presidente están jalando la cuerda en el caso Félix Salgado Macedonio. Se han metido en terrenos de una muy confusa definición-indefinición. Da la impresión que el partido no sabe cómo hacer las cosas, parece estar entrampado en lo que piense el presidente, más que en ir al fondo del caso.

No ha quedado claro el alcance de la decisión de la Comisión de Honor y Justicia. Si bien en un primer momento parecía que se descartaba la candidatura del legislador, días después resulta que no, incluso Salgado Macedonio se echó para adelante y anunció que va de nuevo; en su peculiar estilo lanzó un: “¡hay Toro!”.

Las encuestas para la elección de Gobernador en Guerrero dan una nítida ventaja a Morena, hay quien dice que con quien sea podrían ganar las elecciones. Lo que subyace es una manifiesta simpatía por el presidente y por todo lo que tiene que ver con él. Guerrero es uno de los estados en donde queda muy claro que Morena es un partido hecho a imagen y semejanza del presidente, y que su identidad pasa para los ciudadanos como una extensión del tabasqueño.

López Obrador ha llevado a cabo una gran cantidad de giras por Guerrero, que es junto con Oaxaca, Tabasco y Veracruz, los estados que más ha visitado. La idea del presidente de buscar a como dé lugar estar en el sureste del país la ha cumplido de manera puntual.

Con excepción de Yucatán, es de esperarse que el sureste le otorgue el mayor número de votos a Morena, quizá más que por las candidatas y candidatos que postule, porque en el imaginario colectivo del sureste estará el presidente.

Mientras en el sur se perfila un escenario favorable a Morena, en el caso del norte del país no está del todo claro lo que podría suceder. La zona metropolitana del país también se ve guinda, en tanto que el Bajío es un enigma.

El problema que ya está enfrentando el presidente y su partido es que las cosas ya están más allá de una candidatura. Las respuestas que ha dado el presidente sobre el tema han provocado un mayor encono entre miles de mujeres, sean de Morena o no.

La indefinición en el caso de Guerrero está calando de manera muy profunda porque se percibe que las denuncias están siendo soslayadas sin ser tomadas en cuenta con seriedad. Estamos ante temas que, por principio, deben atenderse y más en un partido que se autodefine de izquierda y en favor de las mujeres.

El presidente ha planteado de manera inopinada, en función del tema, “que decida el pueblo”, pasando por alto que estamos ante un asunto que tiene que ver con la justicia y con un tema particularmente sensible.

No es un asunto que deba quedar en los ámbitos de la política o “politiquería”, cuando de por medio hay presuntas víctimas que no han sido atendidas por diversas razones. Una de ellas, se asegura, se debe a que debido al fuero, ya sea por sus cargos como legislador o como alcalde, ha librado la acusación.

El exfiscal de Guerrero, Xavier Olea, aseguró hace unas semanas que fue en el estado donde se cerró el caso lo que enturbia todavía más la lamentable trama.

Remitir lo que está pasando a la política o a una elección es brutal y terriblemente oportunista. En eso andan desde hace varios meses. Deben tener claro lo que está pasando entre la opinión pública, más allá de que de manera cuestionablemente pragmática y poco solidaria apelen a “lo que decida el pueblo”.

El costo quizá no lo vean en Guerrero, lo van a ver cuando se evalúe al gobierno, ¿vale la pena?

RESQUICIOS

A la vieja usanza como si fueran como los otros. Lanzaron toda la maquinaria, cambiaron horarios para el debate, sumaron votos a cualquier costo y no le quitaron ni una coma.