Josefina Vázquez Mota

Las múltiples pandemias que vive la niñez en México

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota
Josefina Vázquez Mota
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La invisibilidad de la niñez en México se ha profundizado. Hoy no sólo enfrenta la pandemia por Covid-19, sino también la de la indiferencia, el olvido, el abandono, el rechazo, la falta de escucha, de atención, de políticas públicas, de pobreza, de violencia y del desamor. De ahí que se diga que viven una sindemia; es decir, la suma de dos o más epidemias.

El Balance Anual de Redim 2020, llamado “El año de la Sindemia y el Abandono de la Niñez en México”, nos muestra lo que viven los 40 millones de niñas, niños y adolescentes que habitan nuestro país y que hasta ahora no la han pasado del todo bien, pues mientras algunos batallan con la pobreza, otros lo hacen con la violencia en sus hogares, con la falta de educación y con trabajar para poder subsistir.

En cuanto a la pandemia de la pobreza, el informe señala que la pérdida generalizada de puestos de trabajo e ingresos en las familias mexicanas ha llevado a que ésta aumente a 21 millones de niñas, niños y adolescentes que se encuentran en pobreza y 5 millones en pobreza extrema.

Redim sostiene que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), prevé un aumento del 0.7 por ciento en el trabajo infantil. En México actualmente, según INEGI, el porcentaje y número de menores de 5 a 17 años trabajando es de 3 millones, cifra que podría incrementarse pues se contempla que la pobreza aumentará entre 7 u 8 puntos porcentuales.

La organización civil señala que el cierre de escuelas, debido al aislamiento por la pandemia de Covid, afecta a más de 25 millones de estudiantes de educación básica y a cinco millones de educación media superior. Hasta ahora, 50 por ciento de las familias que participan en el programa Aprende en Casa reportan dificultades por falta de una computadora o Internet, lo que genera una crisis educativa.

Pero no sólo eso. El confinamiento vino a agudizar la pandemia de la violencia; 63 por ciento de las niñas y niños ha experimentado al menos una forma de disciplina violenta; 10 por ciento en edades de 14 a 17 años reporta haber sufrido violencia sexual y 7 menores son víctimas de homicidios diariamente.

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) nos detalla que en 2020, se reportaron más de tres mil niñas, niños y adolescentes desaparecidos o no localizados; y que entre enero y junio, las denuncias por pornografía infantil aumentaron 157 por ciento, pasando de 121 reportes a 312, con respecto a 2019.

La pandemia de violencia por razones de género, de acuerdo con Redim, registró 10 feminicidios de niñas y adolescentes al mes, de enero a septiembre de 2020, mientras que en 2019, en promedio eran ocho al mes.

El año pasado se recibieron casi 19 mil llamadas de emergencia relacionadas con violencia familiar. La violencia sexual ocurre a uno de cada 10 adolescentes y niñas; el 60 por ciento de los casos fueron hechos por integrantes de la familia.

Por todo lo anterior es obligatorio que desde el Senado, así como todo el Estado mexicano en su conjunto, sigamos con acciones concretas a favor de la niñez y adolescencia. Las niñas, niños y adolescentes necesitan urgentemente tener una vida sin violencia, con derecho a la paz, al respeto, al amor y a la felicidad.