Necesitamos que nos escuchen

SIN MIEDO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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“Escuchar puede ser la gran diferencia. Los depresivos no vamos por la vida diciéndolo, aprendemos a aparentar que somos felices. A veces hasta somos los graciosos del grupo, pero cuando nos quedamos solos, nuestros pensamientos son suicidas, son imparables, y el dolor se vuelve insoportable”, dice Irving.

De acuerdo con el informe “Estado mundial de la infancia 2021 de la UNICEF”, 1 de cada 7 niños, niñas y adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo, ha sido diagnosticado con algún problema de salud mental. 

Promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia es indispensable, particularmente, porque en el año y medio que lleva la pandemia por Covid-19, el confinamiento y las restricciones de movimiento han provocado cambios en las rutinas de los niños, que han pasado mucho tiempo lejos de la familia, los amigos, las aulas y los lugares de recreo, muy importantes durante la infancia, señala el organismo internacional.

Irving fue diagnosticado como depresivo, ansioso y con pensamientos suicidas. Cuenta que no es fácil decirle a alguien que no eres feliz o no te sientes feliz, y mucho menos confesar que has pensado en morirte porque no soportas el dolor que sientes en el pecho.

“No hay un solo día en que no pase por tu cabeza irte de este mundo. Si eres hombre piensan que es menos probable que seas depresivo, creen que les pasa más a las mujeres, y no es verdad.”

“Por eso no puedes echar en saco roto ni ser indiferente del amigo desanimado, o del primo que duerme todo el día, de la hermana que no quiere comer, cada uno tiene su propia batalla, un abrazo y escucharlos hace la diferencia. Un abrazo en verdad sana el alma, y es que ni eso sabemos pedir, nadie nos enseña a abrazarnos”, sostiene.

UNICEF afirma que alrededor de 46 mil adolescentes se suicidan, el suicidio es una de las cinco principales causas de muerte para este grupo poblacional.

Agrega que antes de la pandemia, la infancia y la juventud ya sufrían problemas de salud mental sin que se hicieran las inversiones necesarias para solucionarlos, pero que debido a las restricciones sanitarias, el bienestar emocional de los niños, niñas y adolescentes podrían prolongarse durante muchos años.

La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, señala: “La salud mental forma parte integral de la salud física; no podemos permitirnos seguir considerándola de otra manera (…) Hemos observado que, durante demasiado tiempo, tanto en los países ricos como en los pobres, no se han hecho los esfuerzos suficientes para comprender esta cuestión e invertir en ella, a pesar de que desempeña un papel fundamental para el potencial de todos los niños. ¡Esto tiene que cambiar!”.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Irving nos dice que cuando observes a algún amigo o familiar triste y desanimado, no dudes en acercarte a él o ella para escucharlo, “es todo lo que necesitamos, que nos escuchen, que alguien nos haga sentir que importamos, porque en nuestra mente hay una idea insistente de que no valemos nada. Hay que hablar de la salud mental sin miedo”.