Davos ya no es lo que solía ser

EL ESPEJO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La reunión anual de Davos ha sido considerada, desde sus inicios en 1971, como uno de los eventos más importantes de la economía mundial, donde líderes empresariales, políticos y académicos se reúnen para discutir los desafíos y tendencias globales. Sin embargo, en la última reunión del 2023 pudo observarse una pérdida de influencia e importancia de este evento, pues en conjunto con una menguada participación de líderes, su capacidad de incidencia, aunque no es trivial, comienza a decaer.

Una de las principales razones de esta pérdida de influencia es el cambio en la dinámica económica mundial. En el pasado, los países desarrollados y las empresas transnacionales eran los principales actores en la economía global, y Davos era el lugar donde estos actores se reunían para discutir los desafíos y oportunidades del mundo. Pero en la actualidad los países emergentes y las empresas locales tienen un papel cada vez más importante en la economía mundial, y Davos se ha vuelto menos relevante para estos actores. Las últimas estadísticas disponibles señalan que sólo 15% de los participantes eran de países en desarrollo, mientras que 85% eran de países desarrollados.

Otra razón de la pérdida de influencia de Davos es la creciente crítica hacia el foro por parte de quienes lo ven como una plataforma desde y para los ricos y poderosos, lo cual no es una observación errada. La imparable concentración de la riqueza y el poder en manos de un pequeño grupo de personas ha sido un tema cada vez más visible y cuestionado, y muchos ven a Davos como el reflejo de esa desigualdad y elitismo. Para cualquier político que trate de crear una narrativa de cercanía con las causas de las personas promedio, la fotografía con la crema y nata del capital mundial no necesariamente es la mejor idea. De hecho, de las 10 economías más grandes del mundo, sólo Alemania envió a su jefe de Estado; mientras el resto de presidentes y primeros ministros no acudieron.

Sobre los temas que se abordaron, la pandemia mundial y las tensiones geopolíticas fueron los asuntos principales de discusión. La crisis sanitaria y económica causada por el Covid-19 fue uno de los principales desafíos a los que se enfrentó el mundo en los últimos años y su impacto en la economía global fue uno de los principales temas de discusión en el foro. Asimismo, la crisis climática y las tensiones entre Estados Unidos y China fueron temas clave en la reunión. El conflicto entre estas dos potencias también es parte de una nueva conversación en la que los nacionalismos y regionalismos comienzan a florecer como respuesta a la incertidumbre global con los conflictos que ya están en marcha o en el horizonte.

En general, se discutió la necesidad de una mayor colaboración global y una mayor solidaridad para superar estos desafíos y construir un futuro más sostenible y justo. Pero la falta de acuerdos claros efectivos, en combinación con un entorno económico que sigue mutando, han hecho que el Foro Económico de Davos también sea uno de los espacios de acuerdo internacional que están perdiendo su importancia como espacio de toma de decisiones. ¿Davos sabrá replantearse?