Pagar por las mentiras de Trump

EL ESPEJO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Muy seguro de sí mismo, Mike Lindell, un empresario estadounidense conocido por su compañía MyPillow, así como por su cercanía y apoyo monetario a Trump, anunció que tenía datos incontrovertibles que mostraban el fraude en las elecciones del 2020 en Estados Unidos y que daría un premio de 5 millones de dólares si alguien lograba demostrar lo contrario con esa información. La semana pasada, un tribunal de arbitraje sentenció que esa suma debía pagarse a Robert Zeidman, un especialista computacional que mostró que no había evidencia de fraude electoral.

El mismo empresario enfrenta, además, una demanda por 1,300 millones de dólares interpuesta por la compañía Dominion, uno de los principales proveedores de las máquinas y sistemas con los que se cuentan los votos en Estados Unidos. Ésta es la misma empresa que, también la semana pasada, llegó a un acuerdo con la firma de medios Fox News por 787 millones de dólares como consecuencia de una demanda por las mentiras difundidas en sus programas sobre un supuesto fraude electoral en contra de Donald Trump.

Ambos episodios se relacionan con la intensa campaña que Trump lanzó desde antes de las elecciones de 2020 para posicionar en la opinión pública la idea de que se preparaba un fraude electoral en su contra. Cuando los resultados no le favorecieron, se lanzó sin reparos a denunciar que supuestamente hubo millones de votos fraudulentos y manipulación de los resultados para evitar su triunfo. No importaba que no hubiera ninguna evidencia para respaldar esta afirmación, este mensaje fue rápidamente replicado por los políticos y medios afines al magnate, por lo que se convirtió en una de las creencias más difundidas entre los republicanos. El ataque al Capitolio en enero del 2021 no puede entenderse sin la enorme campaña de desinformación que se articuló desde la Casa Blanca.

Casi tres años después, la factura de esas mentiras comienza a llegar a algunos de los responsables. En el caso de Fox News, antes de que el caso llegase a un juicio en que podrían quedar todavía más expuestos por la manipulación de la información y las mentiras abiertas con las que engañaron a su audiencia, prefirieron hacer un acuerdo con la empresa Dominion. Sin embargo, esta discusión llega demasiado tarde, pues el daño ya está hecho y difícilmente una multa detendrá a la compañía de continuar aprovechando los sesgos que los han convertido en un medio controversial, pero innegablemente exitoso.

De acuerdo con una encuesta reciente publicada de Maru/Blue, 50% de los espectadores de Fox News mantiene la idea de que la elección del 2020 fue fraudulenta y sólo 13% declaró haber cambiado de opinión después del caso de Dominion. Mentir es un buen negocio y, sin importar que ocasionalmente tengan que pagar por ello, este episodio a lo mucho hará que medios como Fox News sean más cuidadosos al señalar grupos o empresas específicas que puedan ponerlos en aprietos, pues en este caso existió un afectado directo que pudo ponerle un costo al daño de la campaña de desinformación, pero no siempre es así. La desinformación deforma la percepción de la realidad, pero como sociedad no se ha encontrado la manera de cuantificar el daño que esto provoca. Si mentir sólo cuesta dinero, sale barato.