Más bombas aéreas sobre la CDMX

GENTE DETRÁS DEL DINERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Aquí le documenté el serio incidente aéreo del pasado 5 de diciembre cuando el vuelo del Jet Volaris 820 proveniente de Tijuana casi alcanza a un turbohélice Aeromar 405 que salía hacia Acapulco desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que ahora dirige Carlos Morán; un día después, el 6 diciembre, vino otro incidente derivado del desorganizado rediseño del espacio aéreo sobre el Valle de México: el Aeroméxico 551 proveniente de Cancún tuvo dos acercamientos peligrosos cuando despegaba hacia París el Air France 179 de la firma que dirige Guilhem Mallet.

La pericia de los pilotos, los sistemas de evasión, así como los protocolos de seguridad en las aerolíneas, han evitado una tragedia derivada de un rediseño que redujo la eficacia del AICM, que pasó de 62 a 46 operaciones por hora y con un creciente número de aviones sobrevolando el Valle de México bajo “patrón de espera”.

El rediseño —y manejo del mismo— corresponde a Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, que dirige Víctor Hernández; pero su administración rechaza, minimiza los incidentes denunciados y, en el mejor de los casos, descalifica a quienes los divulgamos.

Sin embargo, esa soberbia está ya en capilla: la jefa de Control México, Areli Gallardo, tuvo que entregar a la Dirección de Análisis de Accidentes e Incidentes de Aviación de la SICT, a cargo de José Armando Constantino, las grabaciones de radar y de las frecuencias de comunicación de la casi colisión del 5 de diciembre. Y ello sucedió porque hubo una denuncia de por medio, lo cual evitó que el Seneam “desapareciera” la información en el plazo de caducidad de 30 días.

El caso del 6 de diciembre también ameritaría indagatoria: el vuelo Aeroméxico 551 —se puede apreciar en la imagen de radar disponible en las redes sociales de este columnista— realiza una aproximación fallida en el AICM con el Air France 179 despegando de la pista 5 derecha; el controlador de Seneam ordena virar al Aeroméxico a la izquierda, provocando un segundo acercamiento a sólo dos millas de distancia y a la misma altura.

El contralor involucrado es César Rosales, uno de los “bellos durmientes” que echan pestaña ante las pantallas de control, pero que son amigos de la actual administración pues reciben millonarios pagos por “tiempos extra”. ¿Intervendrá la AFAC, de Carlos Rodríguez, o esperamos que ver qué sucede? 

Corral al cuadrado. Aquí se lo informé el pasado viernes y ayer lo ratificó Andrés Manuel López Obrador: el exgobernador de Chihuahua, Javier Corral, tiene doble nacionalidad. Por ello no pudo ser nombrado embajador de México, pues necesita renunciar a su nacionalidad estadounidense para representar a nuestro país conforme se ratificó en la mañanera. No podía ser gobernador y le valió un comino. Independientemente que a Corral le queda grande casi cualquier cargo público, el hecho es que engañó a todo mundo empezando a sus paisanos que hace 6 años votaron mayoritariamente por un ciudadano estadounidense que ejerció con excesos y prepotencia el poder del Estado mexicano (persiguió a la hoy gobernadora Maru Campos, por ejemplo) y ejerció multimillonarios recursos públicos.

El corre corre de Uber Eats. Y en esto de los servicios de entrega de alimentos a domicilio, el que está migrando a México su servicio de Brasil es Uber Eats: y es que Uber –a cargo de Gretta González– designó a Daniel Colunga como nuevo director general de Uber Eats México…, el mismo que dirigió esa empresa en Brasil en el último año y que puso pies en polvorosa tras ser derrotado de manera flagrante por iFood y Rappi. A este paso, tal vez Uber Eats no tarde en migrar a Canadá.