CESA va por el rescate de Vallejo

GENTE DETRÁS DEL DINERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La zona industrial de la Ciudad de México, tras el traslado de factorías hacia el Estado de México y Querétaro, paulatinamente ha quedado vacía y con grandes predios en medida que la economía de la capital se enfoca cada vez más hacia los servicios y comercio, a pesar de los esfuerzos de los últimos 20 años para encontrarle una nueva vocación; ahora es turno de Leonor Gómez Otegui, quien desde febrero pasado lleva las riendas del Consejo Económico, Social y Ambiental de la CDMX.

La exdiputada —de extracción priista, pero luego se hizo petista— recibió el encargo de Claudia Sheinbaum para dirigir una entidad que busca hacer coincidir la voluntad empresarial con las políticas públicas acordadas en torno a la sustentabilidad y resiliencia de la actividad económica. De ahí que Gómez Otegui busca rescatar esta zona industrial y reactivarla como un centro logístico. Esto, aprovechando el impacto de las actividades derivadas del puerto de carga operado por el Ferrocarril y Terminal del Valle de México (Ferrovalle), que dirige Francisco Favila, como punto de acceso de millones de contenedores y de materias primas, destinados al abastecimiento del área metropolitana del Valle de México.

La aduana se encuentra dentro de los patios de la terminal de Ferrovalle, la mayor terminal interior del país y punto de acceso de los ferrocarriles troncales y que permite la conexión ferroviaria con los puertos de Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Veracruz y Altamira, así como a Ciudad Juárez y Nuevo Laredo.

El actual objetivo es recuperar la vocación industrial de Vallejo, pero desde la perspectiva de la Mentefactura, pues, dice la directiva de CESA, “destacando la lógica, de ser una ciudad innovadora y de derechos, donde el desarrollo económico de las personas y de las empresas no sacrifique el medio ambiente o los costos de la vida y la vivienda, aprovechando en todo momento el potencial de la ciencia y la tecnología”.

Que así sea, la ciudad lo requiere con urgencia.

De Santa Lucía al Mayab. Pues sí, que pasada la inauguración del 21 de marzo, las huestes de construcción del general Gustavo Vallejo van directitas a hacerse cargo de diversas obras del Tren Maya, y no sólo del Tramo 5 Norte que le había sido asignado originalmente. Bueno, ese tramo aún no tiene definido varios puntos del trazo ni tampoco los estudios de impacto ambiental emitidos por la Semarnat, de María Luisa Albores, y hasta donde se sabe, aún carece de los elementos de ingeniería y estudios geológicos que le permitan un avance consistente. Así, Javier May, en Fonatur, cederá la batuta de la obra a las Fuerzas Armadas. Dos son los tramos donde la Sedena entraría con mayor intensidad dado los rezagos de obra y logística así y complicaciones en derechos de vía: el Tramo Dos, a cargo de Carso-FCC, y el Tramo 5 Sur, contratado con Ferromex.

Movistar se hace chiquito… chiquito. El siempre completo reporte (esta vez anual 2021 y con perspectiva 2022) de The Competitive Intelligence Unit, que dirige Ernesto Piedras, pone en contexto la competencia (o la falta de la misma) en el mercado de las telecomunicaciones. El dato más relevante en materia de telefonía móvil es la casi marginal pérdida de mercado por parte de Telcel, al cargo de Daniel Hajj, que pasó de contar 63% al 60.2% en cuanto número de líneas…, pero aumentando de 70% al 71.2% su participación sobre ingresos, es decir, ganando terreno en cuanto ingreso por línea. Y que Movistar, a cargo de Camilo Aya, pasó de 21.4% a 18.7% en líneas y redujo de 10% a 8.2% su participación en los ingresos. Mientras que AT&T, a cargo de Mónica Aspe, sube ligeramente en cuanto líneas (15.4%) pero se queda en 18.7% en el pastel de ingresos.