Concamin: El Club de Tobi patalea

GENTE DETRÁS DEL DINERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El oficio No.110,65792.21 emitido la semana pasada por Mónica Paredes, directora de Cámaras Empresariales y Desarrollo Regional de la Secretaría de Economía, exhortando vehemente respetar el marco legal para la elección democrática del nuevo presidente de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales, puso literalmente de cabeza a “El Club de Tobi”, ese politburó controlado por hombres (como en la historia de La Pequeña Lulú) que en su desesperación decidió calificar de “golpista” a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier.

Como aquí le adelanté, el exhorto dirigido al actual presidente de Concamin, Francisco Cervantes, expone que en los siguientes 10 días hábiles deberá realizar “las adecuaciones y/o modificaciones pertinentes en sus Estatutos acorde al marco normativo cameral (…) con el objetivo de establecer procedimientos para la elección en sus órganos de gobierno bajo un esquema democrático, participativo y libre de criterios discrecionales respecto a los requisitos que deberán de presentar los candidato a Presidente de la Confederación (....)”.

Este exhorto es producto de la persistente denuncia que Enoch Castellanos y los afiliados de Canacintra hicieron contra un esquema de elección que hace que sindicatos como la CTM, de Carlos Aceves del Olmo, o CATEM, de Pedro Haces, sean más democráticos que la Concamin: esquemáticamente, el presidente de la confederación elige su mesa directiva y ésta, al momento de selección elige al sucesor del presidente en un proceso que a la fecha no es por voto directo ni secreto y que dura abierto 15 días en los que puede suceder cualquier tipo de cochupo.

Ese politburó no soportó quedar exhibido y lanzó la pataleta de calificar de “golpista” a Clouthier, pero también busca negociar “en lo oscurito” para evadir el exhorto de Economía y mantener el control sobre la Concamin… pero, como ha sido a la fecha, sin enarbolar la urgencia y tribulaciones de empresarios y cámaras empresariales al borde de la inanición por el estancamiento económico.

Palo a Brisas Nizuc. Pues nos dicen que en los próximos días los tribunales de Quintana Roo anularán en definitiva la suspensión que se le había impuesto a Riu para la construcción de un nuevo hotel en Punta Nizuc, a lo cual se opuso con todos los recursos legales (e ilegales) a su mano el Grupo Brisas, de Antonio Cosío Ariño.

Riu, al mando de los hermanos Carmen y Luis Riu, desarrolla exitosamente el modelo all inclusive y que —hay que decirlo— le mete miedo al hotel Nizuc cuyo modelo europeo está prácticamente extinto en Cancún.

En tal encontronazo, Fonatur, de Rogelio Jiménez Pons, tomó innecesariamente partido en favor de Nizuc. Pero ya con el fallo, Riu podrá iniciar obra a la brevedad.

UNOPS, atorón en distribución. Ya ni siquiera es sorpresa, pero vale puntualizarlo: a la deficiente compra de medicinas y material médico que el Insabi, de Juan Ferrer, encargó a la UNOPS, que aquí lleva el Club de los Pibes a nombre de Grete Faremo, se suma ahora la lentitud en el arribo de productos que deben ser distribuidos por cuatro operadores logísticos contratados al cuarto para las doce. Esos operadores se muerden las uñas, pues los embarques no llegan y tienen el tiempo encima para cumplir su contrato.

Recordará usted que para la facilitación en la Ciudad de México, el Insabi utiliza a la paraestatal Birmex, de Pedro Zenteno; mientras que para atender las capitales de otros 31 estados se contrató a CINSA, que dirige Rubén Hernández; Arcar, de Agustín Padilla y Vantage, de Jesús Garrido.

Ojo, todavía falta contratar al distribuidor de última milla, que lleve de las capitales a la más recóndita clínica esos vitales insumos.