Mauricio Flores

Gas, dependencia y seguridad nacional

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Flores 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Por mucho tiempo México tuvo la gran ventaja de tener acceso al gas más barato del mundo, el de Estados Unidos, pero eso se acabó: en febrero de 2021 esta situación cambió drásticamente con precios que tocaron los 400 dólares por unidad y con la amenaza latente del gobierno de Texas, a cargo de Greg Abbott, de no dejar salir el gas de su estado, México enfrenta el riesgo de quedarse sin suministro de gas natural por tiempo indeterminado.

México demanda diariamente 8,500 millones de pies cúbicos en promedio, de los cuales únicamente 30% es producción nacional y 60% es utilizado para generación de eléctrica. Sin gas, desde la CFE, de Manuel Bartlett, hasta Iberdrola, que representa José Enrique Alba, estarían afectadas en su capacidad de suministro, impactando toda la actividad económica y social.

Un factor clave para aminorar ese riesgo es almacenamiento, infraestructura de la que México carece y nos hace más dependientes y vulnerables en escenarios críticos como los que vivimos. Sólo como referencia, en marzo de 2020 el contrato futuro expiró en 1.821 dólares por unidad, pero en el 2022 ya tocó los 5 dólares por unidad.

Aun cuando en los planes de negocios de Pemex, uno de los principales objetivos es incrementar la producción nacional de gas natural, la tendencia ha ido en dirección contraria, acentuando así nuestra dependencia energética con EU.

Campos como Burgos, Nuevo Pemex y Cactus son los principales proveedores del gas natural nacional. En el caso de Burgos, el complejo tiene capacidad para procesar 1,200 millones de pies cúbicos diarios, pero sólo opera al 25%, pese a que por su ubicación geográfica sería un perfecto sustituto del gas importado.

Alertas y urgencias. En el caso de Nuevo Pemex y Cactus, la caída en la producción de los últimos años también ha sido constante. Por mencionar sólo un ejemplo reciente en el fin de semana del 25 de febrero el Cenagas, que dirige Abraham Alipi, emitió un aviso de alerta en el Sistema de Transporte de Gas Natural, debido a la suspensión de la inyección de gas en ambos campos, lo cual generó un incremento imprevisto en las importaciones a un considerable sobrecosto por falta de planeación.

Si bien el gas de EU es aún el más barato del mundo, reducir esa dependencia resulta estratégico. Para ello se requiere elevar la producción nacional, reducir las excesivas quemas que por falta de infraestructura hace PEP, a cargo de Ángel Cid, mejorar los ductos de transporte y el almacenamiento.

El asunto es, realmente, de seguridad nacional.

Sólo 13 de 862 impresoras. El argumento para la rescisión de contrato que esgrimió el oficio SSB.02-014/2022 del 17 de febrero de 2022, firmado por Jesús Quiñones Herrera, coordinador administrativo de la CFE, fue que la dupla LSC-CIIME sólo había instalado una parte mínima de las impresoras de alto desempeño que se requieren para empezar a imprimir 280 millones de recibos para cobro de electricidad a partir del primero de abril próximo. Seguramente la dupla de firmas que representa Daniel Rodríguez buscará impedir la cancelación del contrato (y los daños económicos que implique) a través de un recurso de amparo administrativo. Empero, parece complicado que fructifique, pues el Suministrador de Servicios Básicos de la CFE, que dirige José Martín El Coyote Mendoza, tiene el marco reglamentario para hacer una asignación directa al proveedor favorito, Impresiones Corona, de Juan Sebastián Estrada y Gabriela Carrillo, y/o ampliarle el contrato en lo que se arma un concurso por invitación. Lo ideal, en aras de la transparencia, sería —tras ampliar el contrato vigente— armar una nueva licitación. Pero sabemos que eso no se da en la 4T.