Outsourcing: la burra no era arisca…

La decisión de concluir en febrero próximo la negociación para regular el outsourcing tiene un ángulo positivo al permitir a la representación de Carlos Salazar Lomelín exponer detalladamente a Raquel Buenrostro y a Zoé Robledo las posibilidades de conservar la flexibilidad y competitividad de la tercerización laboral; pero también el negativo, el de una negociación determinada por el prohibicionismo, la incertidumbre y la posibilidad de otro madruguete.

Los madruguetes no son nuevos ni exclusivos del actual Gobierno. Es imposible olvidar que en pasadas administraciones las iniciativas, especialmente las fiscales, se presentaban sorpresivamente y con pretensiones muy altas a fin de negociar su dilución en la Cámara de Diputados. Sin embargo, dada la mayoría obediente de Morena en esa cámara, bastaría con una orden del Presidente Andrés Manuel López Obrador y aprobar sin cambios la iniciativa para extinguir el outsourcing independientemente de los acuerdos con una parte de la IP.

Pero aun y cuando se mantengan los acuerdos, en sí mismos ya provocaron cisma al interior de la representación empresarial: el Consejo Coordinador Empresarial y la Concamin, ésta que encabeza Francisco Cervantes, siguen la negociación dentro del marco oficial que pretende reducir la tercerización a su mínima expresión y que criminaliza todo aquello que no entre en las expectativas del SAT y del IMSS. Por eso esa negociación, como tal, no fue aceptada por tres organismos clave: Canacintra, que lidera Enoch Castellanos, el Consejo Nacional Agropecuario, de Bosco de la Vega, y la Coparmex, a cargo de Gustavo de Hoyos, que rechazan la acusación a todos los empresarios como responsables de fraudes fiscales y laborales realizados por una minoría.

Esto obligará a una discusión más intensa al interior de los organismos empresariales… situación de alta tensión y que se sumará a otra discusión de múltiples implicaciones: el gravamen o no a las prestaciones laborales y la deducibilidad o no de los salarios y de la que estarán atentas todos los sindicatos, como la CTM, que lidera Carlos Aceves del Olmo, así como la CATEM, de Pedro Haces, los mineros, que mayoritariamente lidera Carlos Pavón, y la misma agrupación que maneja Napoleón Gómez Urrutia.

Si esto no es incertidumbre, quién sabe que lo sea.

Afores, contra control de precios. Otro tema de rispidez es la iniciativa para reformar el Sistema de Ahorro para el Retiro que el CCE, la ABM, que lidera Luis Niño de Rivera, y la Amafore, dirigida por Bernardo González, que se negoció desde hace un año con la SHCP, de Arturo Herrera, llegando a una excelente solución para elevar el ahorro de los trabajadores con aportaciones patronales… hasta que, en lo oscurito, se modificó la iniciativa y se aplicó un caprichoso “tope” a las comisiones, un control de precios que no sólo es la ruta hacia la mediocridad al inhibir innovación y mejora del servicio mediante la competencia, sino que también consolidaría el oligopolio de PensionISSSTE, que dirige Iván Pliego, que posee el ventajoso subsidio del Estado mexicano. Mucho ojo.

El ratón mañoso, fuera de lugar. Pues el IFT, que lidera Adolfo Cuevas, próximamente debe de palomear —en sexta prórroga otorgada hace una semana— al comprador del canal Fox Sports México y permitir la fusión de Twenty-First Century Fox adquirida por Disney, también dueña de ESPN. La firma catalana Mediapro, de Jaume Roures, es el principal interesado. El problema es su negro historial, sobresaliendo los casos de soborno en FIFA, así como adeudos millonarios en la Liga de Futbol Profesional de Francia. Y por ello ya se acusa a Mediapro de querer negociar “debajo de la mesa” con Disney, de Bob Chapek, para llevarse Fox Sports México y sonsacar los derechos de transmisión del equipo Santos Laguna.

Juntos, más fuertes. La buena nueva es que Banorte, que comanda Carlos Hank González, Gruma, de Juan González, en la sólida alianza con el Departamento de Estado de EU y Partners of the America, que dirige John McPhail, presentaron a los 22 equipos binacionales universitarios que recibirán la subvención del Fondo de Innovación 100,000 Strong in The Americas para ejecutar investigaciones. Una de ellas, el equipo de Northern Arizona University y la Universidad de Sonora, los estudiantes desarrollarán soluciones para la seguridad alimentaria e inclusión financiera en la megaregión Sonora-Arizona. Más puentes, menos muros.