Saturan al AICM… de comercios

Así como se logró una saturación artificial del espacio aéreo del Valle de México para obligar que vayan vuelos mediante la manipulación de la separación entre los mismos por hasta 7 millas por parte de los Servicios de Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, a cargo de Víctor Hernández, el recinto de última espera de las Terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ha sido saturado misteriosamente por más y más espacios comerciales que desde la administración de Jesús Rosano limitan la movilidad de los pasajeros.

Durante los meses de cierre por la pandemia de 2020, cerca del 20% de los negocios cerró al no existir una sola medida de apoyo o reestructura de pago de rentas. Rosano, en ese momento director, aplicó la máxima del Gobierno federal: cero apoyo a los machucones y migajas a sus empleados. A la fecha siguen cerrados espacios que ocuparon marcas como Sushito, Poxo, Salute Express, Potzollcalli, El Farolito, El Globo, 100% Natural, China King, Domino’s Pizza y Gloria Jeans.

Sin embargo, levantadas las restricciones sanitarias, Rosano se empezó a dar vuelo en la instalación de nuevos locales, incluso sobre los andadores y superficies anteriormente destinados a salas de espera con asientos para aquellos pasajeros que simplemente esperaban el abordaje. La dirección comercial, a cargo de Paulina Terrazas Arias —emocionalmente muy cercana a Rosano—, soltó poco después una buena cantidad de espacios comerciales, preferentemente para restaurantes… donde los comensales sí pueden estar sentados, aunque pagando consumos.

Entre los nuevos comercios que ganan terreno son, por ejemplo, Starbucks, Vuela Carmela, KFC, Salute, Pizza Bar o incluso un muy invasivo Loma Linda. Pero el que gana a todos ellos y en ambas terminales es el Grupo Shogua, de Gerardo Nasser, tanto en sus conceptos de restaurantes donde opera con marcas como El Fogoncito, Ojo de Agua, Le Pain Quotidien, Kerico o de vestimenta como ¡Ay Güey!. Su actividad comercial también es visible en aeropuertos, como los de Monterrey, Tijuana, Vallarta y Los Cabos. Y en Santa Fantasía se espera tenga un local a partir del 21 de marzo próximo.

Bajo la administración de Carlos Morán no se perciben grandes inversiones en la infraestructura aeroportuaria vital, como es el mantenimiento mayor de pistas y calles de rodamiento. Sin embargo, las zonas comerciales se tratan de saturar…, aunque es un contrasentido en cuanto que se pretende llevar a Santa Lucía el 35% de los vuelos en un plazo de uno a 5 años.

Ferrobombas, en la cercanía. La noche del jueves pasado, en Gómez Palacio, en Durango, se dio el choque de dos locomotoras de Ferromex, generando una gran conflagración. En ese mismo tramo es donde ya corren las máquinas movilizadas con Gas Natural Licuado (GNL) de la empresa dirigida por Fernando López-Guerra Larrea, lo que habla de la magnitud de los riesgos que implican bajo las actuales condiciones de operación y de condiciones de las vías que circulen convoyes movilizados con tal tecnología. Vaya, el mal estado de las vías contrasta con los pingües rendimientos anuales de hasta 35% que obtiene Ferromex desde los tiempos de Germán “El Buena Onda Larrea”. Ojo, sólo en el primer trimestre de 2021 hubo cuando menos 79 descarrilamientos en todo el sistema ferroviario mexicano que hacen palidecer el accidente acontecido por falta de balasto en un trecho del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, a cargo de Rafael Marín Mollinedo.

Carta libre al contrabando automotor. La notable caída de las ventas de vehículos de autos nuevos en el primer bimestre de este año respecto a 2021 es la primera muestra estadística de cómo el decreto —y sus subsecuentes ampliaciones— para la legalización de autos “chocolate” empieza a mermar a la industria automotriz. No sólo se trata ya del impacto en las cadenas de suministro y escasez de chips o del efecto inflacionario sobre los componentes, si no también de la competencia desleal de los autos ilegalmente introducidos a México…, pero que ahora, a vistas de los distribuidores de vehículos agrupados en la AMDA, que encabeza Guillermo Rosales, tienen la cara abierta para que el contrabando debilite aún más el mercado interno.